Ataques difamatorios
El periodista Sergio Sarmiento aborda las acusaciones y contraacusaciones entre PAN y Morena sobre nexos con el narcotráfico.
Mario Delgado, presidente de Morena, demandó al INE que cancele el registro del PAN como partido por sus nexos con Genaro García Luna y el narcotráfico. Gerardo Fernández Noroña, por su parte, afirmó en la Cámara de Diputados: “Dicen que García Luna no es panista, pero estuvo en el gobierno del cabeza hueca de Fox, en materia de seguridad, y luego dice Calderón que una persona no puede echar a perder el trabajo de todo su gobierno usurpador. Con el pequeño detalle, que esa persona era nada menos que su secretario de seguridad pública…”.
La oposición respondió con una denuncia ante el INE para que se investigue el financiamiento de Morena por el narcotráfico. Los diputados de la oposición exhibieron en la Cámara carteles del presidente López Obrador saludando de mano a la madre del Chapo Guzmán con textos que señalaban los 143 mil asesinatos acumulados en un gobierno en que se aplica la política de “abrazos y no balazos”.
Al final, todos le están haciendo daño al país. La penetración del narcotráfico en la política nacional es una realidad. La demuestra García Luna, quien ha sido declarado culpable por un tribunal estadounidense de haber ayudado al cártel de Sinaloa, aunque fue condenado por un jurado solamente sobre la base de testimonios y sin que la Fiscalía haya presentado pruebas materiales para sustentar la acusación.
También está el caso del secuestro y matanza de estudiantes de Ayotzinapa por policías municipales de Guerrero, con la aparente complicidad del presidente municipal de Iguala José Luis Abarca, del PRD, y miembros del grupo criminal Guerreros Unidos en 2014. Otro indicio son las 1,066 agresiones a personajes políticos en la campaña electoral de 2021; entre las agresiones destacan 109 asesinatos, entre ellos 36 de aspirantes y candidatos a cargos de elección popular, de conformidad con las cifras de Etellekt.
Las acusaciones y contraacusaciones, sin embargo, no se basan en hechos concretos como estos. Estamos viendo simples calumnias. Quienes pertenecen a otro grupo político, quienes piensan diferente, son acusados de corruptos y aliados del narco. Los dos bandos están utilizando la vieja técnica del “Difama, que algo quedará”.
El que está saliendo peor librado en estos intercambios es el país. Los ataques ratifican la convicción de mexicanos y extranjeros de que todos los políticos en México son corruptos. Cada lado dice que solo sus adversarios, pero al final algo queda de las constantes acusaciones sin pruebas. Lo peor es que este mar de lodo no permite que las acusaciones que sí tienen pruebas salgan a flote.
Mi impresión es que algunos políticos mexicanos sí están involucrados en el narcotráfico, pero no la mayoría. Cuando se lanzan acusaciones en automático a los adversarios, lo único que se logra es manchar al país.