Consumo de tabaco en México: ¿Innovación frente a la prohibición?

Los productos de tabaco calentado enfrentan debates sobre su impacto en la salud y la economía.

Consumo de tabaco en México: ¿Innovación frente a la prohibición?
Foto: Fábrica Phillip Morris en Italia.

La industria tabacalera se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia: innovar en un mercado cada vez más restrictivo y regulado. Ante las estrictas políticas antitabaco, algunas empresas están buscando alternativas que afirman ser menos dañinas que los cigarrillos tradicionales. Un ejemplo de esta tendencia es la inversión multimillonaria en productos de tabaco calentado.

Ejemplo del empuje tecnológico para crear alternativas es la fábrica de Philip Morris International en Crespellano, Italia. La instalación ha recibido una inversión de 1,2 mil millones de euros para posicionarse como un centro de excelencia en la manufactura de productos libres de humo y sustentables.

Sin embargo, los retos persisten. La falta de un consenso global sobre cómo regular los productos de tabaco calentado plantea preguntas sobre el futuro de estas alternativas. Mientras en algunos países como Italia se les permite operar con cierta flexibilidad, otros mercados mantienen regulaciones más estrictas, y en algunos casos incluso prohíben la venta de estos productos.

¿Cómo enfrentan los gobiernos estos cambios?

En Italia, Philip Morris ha firmado acuerdos con el Ministerio de Agricultura para garantizar una cadena de suministro que involucra a más de 1,000 empresas agrícolas locales. Este enfoque, que fortalece las economías locales, también destaca su influencia en las políticas agrícolas y económicas. Al contribuir con más de 10.1 mil millones de euros a la economía italiana en 2022, la empresa presenta sus innovaciones no solo como una respuesta a la demanda de productos menos dañinos, sino también como un motor económico.

Este escenario presenta un reto político considerable. En otras palabras, es importante que los gobiernos busquen equilibrar los beneficios económicos y laborales con las preocupaciones de salud pública. Por eso, surgen preguntas como: ¿Hasta qué punto deberían flexibilizarse las regulaciones para fomentar el desarrollo de productos que, aunque menos dañinos, siguen presentando riesgos para la salud? 

En México, donde la lucha contra el tabaquismo ha sido un punto clave en la agenda de salud pública, la respuesta aún no es clara. Aunque el país ha implementado políticas estrictas en contra del tabaco, no ha habido un consenso definitivo sobre cómo se deberían manejar los productos de tabaco calentado.

La situación en México

En México, el marco regulatorio en torno a los productos alternativos al tabaco tradicional, como los vapeadores y los productos de tabaco calentado, ha sido objeto de controversia y cambios significativos en los últimos años. En 2022, el gobierno mexicano, bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, emitió un decreto que prohíbe la importación y comercialización de vapeadores y otros sistemas electrónicos de administración de nicotina, argumentando que estos productos representan un riesgo para la salud pública, especialmente entre los jóvenes.

No obstante, la situación con los productos de tabaco calentado, es más compleja. Estos productos han estado en una zona gris regulatoria, ya que no son considerados vapeadores en sentido estricto, dado que no generan vapor de líquidos, sino que calientan el tabaco para liberar nicotina. Esta diferente técnica ha generado debates sobre cómo deberían ser regulados en México, con algunos argumentando que deberían prohibirse al igual que los vapeadores, mientras que otros sugieren que podrían tener un marco regulatorio diferente debido a su potencial para reducir el daño comparado con los cigarrillos tradicionales.

La creación de empleos 

La creación de empleos es otro factor que influye en la creación de regulaciones y políticas públicas. En Italia, Philip Morris ha creado 28,700 empleos en el sector agrícola y manufacturero gracias a la producción de tabaco calentado. Esta cifra, junto con la inversión en innovación y sostenibilidad, genera un fuerte argumento para las empresas que buscan mejores regulaciones gubernamentales.

En México, la Ley General para el Control del Tabaco sigue siendo una de las más estrictas en América Latina. Las tabacaleras argumentan que estos productos representan una oportunidad para los fumadores de cigarrillos tradicionales de optar por alternativas menos nocivas, y que prohibirlos podría ser un error en términos de salud pública y desarrollo económico.