Engañosas utilidades
El periodista Sergio Sarmiento aborda las cifras que han dado a conocer Pemex y CFE con lo que señalan "AMLO logro rescatarlas".
Parece un gran triunfo. Por fin las dos principales empresas del gobierno registraron utilidades en un mismo año. ¿Han logrado por fin darle vuelta a su precaria situación? A primera vista parecería que sí, pero un análisis más detallado revela los problemas que siguen afectando tanto a Pemex como a la Comisión Federal de Electricidad.
Las dos firmas, que tienen monopolios en campos muy importantes de su actividad, reportaron resultados el 27 de febrero. Pemex registró una utilidad neta de 109,920 millones de pesos en 2023, la segunda consecutiva. La CFE tuvo su primer resultado positivo neto, de 116,449 millones de pesos, después de tres años con pérdidas.
Que estas dos enormes empresas reporten ganancias en vez de pérdidas debería alegrarnos a los accionistas, que somos todos los mexicanos. Cuando se revisan las cuentas, empero, se encuentran muchos indicadores preocupantes.
Las ganancias de Pemex, por ejemplo, se concentran en el cuarto trimestre de 2023, cuando alcanzaron un nivel de 106,920 millones de pesos. Este resultado no fue producto de un desempeño excepcional en esos meses, cuando se registró una disminución de 17.4 por ciento en ventas y servicios en comparación con el cuarto trimestre de 2022. La diferencia fue el decreto que canceló, de manera retroactiva, los derechos de utilidad compartida y el derecho de extracción de hidrocarburos de octubre de 2023 a enero de 2024, y que las empresas privadas sí están obligadas a pagar. La medida transformó una posible pérdida o ganancia muy pequeña en una utilidad extraordinaria.
Pemex Transformación Industrial, la parte de refinación que tanto ha apoyado el presidente López Obrador, perdió dinero por quinto año consecutivo: 74 mil millones de pesos. La pérdida acumulada de los cinco años, 2019 a 2023, rebasa ya los 800 mil millones de pesos. En el cuarto trimestre de 2023 la refinación operó con un margen negativo de 3.5 dólares por barril: sí, en vez de ganar dinero, la empresa perdió esa cantidad por cada barril que refinó. Habría sido más barato mandar el crudo fuera del país.
Por otra parte, si bien las inyecciones de dinero del gobierno han servido para disminuir la deuda de largo plazo de Pemex, en 8.3 por ciento, y especialmente la financiera, contratada con bancos y otras instituciones financieras, en 19 por ciento, la deuda a proveedores ha subido 27.5 por ciento y alcanza ya 359,760 millones de pesos o 21,269 millones de dólares. Decenas de empresas, las que realizan realmente los trabajos que se atribuyen a Pemex, están a punto de quebrar.
La CFE aumentó ligeramente sus ingresos en el año, en 3.8 por ciento, para alcanzar 644,361 millones de pesos. Redujo también sus costos de operación en 15.2 por ciento. ¿Habrá que festejar este triunfo de la austeridad? La verdad es que no. Los costos de los combustibles, que cayeron 31.1 por ciento por las cotizaciones internacionales, son los responsables. Esto quiere decir que, si vuelven a subir los combustibles, la Comisión regresará a los números rojos.
Los directivos de Pemex y la CFE, y el presidente López Obrador, presentan las cifras de ambas empresas como una comprobación de que el gobierno ha logrado “rescatarlas”. Quienes revisan las cifras, sin embargo, se muestran escépticos. Las dos están gastando dinero en proyectos que no añaden valor, como la refinería de Dos Bocas o las plantas de Iberdrola, mientras que están dejando que se desplomen su equipo de proveedores y su red de transmisión.