Foto: CUARTOSCURO.COM
Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI, e Ignacio Mier, senador de Morena, protagonizaron su primera pelea de 2025 a través de redes sociales, donde se dijeron de todo y se llamaron “ridículos”.
Así fue la pelea
Todo inició cuando el senador Ignacio Mier comentó que le haría llegar a “Alito” Moreno dos libros y que, al terminar de leerlos, el dirigente del PRI podría “comprender” que la historia de los últimos 30 años de su partido y sus dirigentes está grabada con hisopos de tinta en la memoria de los mexicanos y nada podrá borrarla.
“A propósito del PRI, de Alito Moreno y sus frecuentes deposiciones verbales, voy a enviarle dos libros: Cien Años de Soledad, -Gabriel García Márquez, 1967-, acompañado de Eichmann in Jerusalem, a Report on the Banality of Evil -Hannah Arendt, 1963”, indicó el morenista.
Mier sugirió a “Alito” Moreno prestar atención en Cien Años de Soledad en la parte de la llegada de la peste del insomnio a Macondo y la manera práctica de curarlo: “Lo más grave no es perder el sueño, es perder la memoria”, agregó.
Respecto a la segunda lectura, en la obra de Arendt, le recomendó “interiorizar en la desconcertante conclusión sobre la banalidad del mal”.
‘Alito’ le responde
El priista también respondió con una recomendación de lectura con “Los sueños rotos: Monólogos de un indignado”, de Marco Antonio de la Parra para que con ello pueda “comprender mejor por qué no fuiste gobernador”.
“Explica cómo, en gobiernos populistas, personajillos como tú son solo utilizados por el poder. Aunque te duela, hay que recordarles que están destruyendo al país. Disfruta la lectura Nacho Mier, porque gobernador no serás nunca. No seas ridículo”, agregó el priista.
Finalmente, el morenista dijo que adicionalmente le enviará el Manual de Carreño, como un buen principio para dejar de ser “un personaje destacado de la picaresca política”, al tiempo que le mencionó que nada es personal y le envió un abrazo con “afecto bibliófilo”.
“Alito, Alito, debo reconocer tu consistencia en tu mal ordinario: tontería y mentira, mentira y tontería; hablando de ridiculez y enojo, cuando no eres más que un ridículo enojado de pies a cabeza”, indicó Mier.