Foto: Cuartoscuro y tomada de Facebook
Fernando Coca
La presidenta Claudia Sheinbaum ha tenido que lidiar con amenazas constantes por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien en la mayor parte de sus declaraciones aprovecha para atacar a México e insistir en propuestas para afectar a su socio comercial.
A diferencia de Andrés Manuel López Obrador, quien ante los ataques mantuvo declaraciones moderadas, Sheinbaum ha tomado un papel más frontal contra el estadounidense y sus amagos desde sus conferencias matutinas.
Aranceles con aranceles
De las primeras amenazas que lanzó el presidente electo de Estados Unidos, fue la de imponer 25% de aranceles a todos los productos que México exporte a su país hasta que se atendiera el tema del tráfico del fentanilo y la migración.
Este hecho encendió las alarmas en el sector empresarial y el gobierno federal, por lo que la presidenta anunció que con cada arancel que se aplique, México respondería con la misma moneda.
A finales de noviembre, a través de una carta, Sheinbaum llamó a dejar de lado estas amenazas, las cuales no servirían para detener los problemas de EUA, sino que causarían inflación a los dos países así como estragos a empresas norteamericanas.
“Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos, se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos, a un arancel vendrá otro en respuesta, y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes”, señala la carta.
No al injerencismo
Otra de las propuestas que el republicano ha hecho es la de catalogar las organizaciones del crimen organizado como organizaciones terroristas. Con esto, Trump abre la puerta para el uso de Fuerzas Armadas estadounidenses en territorio mexicano.
Ante lo que se ha señalado como una política intervencionista, Sheinbaum Pardo aseguró que “no aceptamos injerencismo”, en cambio buscaría colaboración, pero sin subordinación, pues el tema de seguridad lo resolvería de forma interna.
“No nos subordinamos y así va a ser. Se colabora, se trabaja en información conjunta pero en México, nos hacemos cargo las y los mexicanos”, señaló la presidenta.
Señaló que seguirán con la colaboración, como hasta ahora, “por razones humanitarias (...) vamos a colaborar para ayudar con todo lo que esté en nuestras manos para esta crisis sanitaria”, refiriéndose al fentanilo.
Deportaciones masivas
De las estrategias con la que Trump se vendió en campaña fue la de llevar a cabo arrestos y deportaciones masivas de migrantes.
Ante ello, la presidenta ha prometido que se protegerá a los mexicanos que residen en Estados Unidos a través de una estrategia de defensa legal en los consulados y mantener el contacto con comunidades.
La estrategia fue presentada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente la cual consta de asesorías legales, un observatorio de notificación legal, así como un call center para brindar información y asistencia a personas mexicanas.
De igual forma, señaló que se harán sesiones en sedes consulares y espacios comunitarios con la comunidad migrante para escuchar las problemáticas.
A la par de este plan, el gobierno mexicano pondrá en marcha un botón de alerta para que en caso de una deportación inminente, la persona pueda solicitar ayuda.
América Mexicana
La controversia más reciente de Trump fue que en conferencia de prensa, sugirió cambiar el nombre del Golfo de México a ‘Golfo de América‘, obviamente refiriéndose a Estados Unidos.
“Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América... El Golfo de América, que bonito nombre, y es apropiado”.
Esto tampoco pasó por alto a los oídos de la presidenta mexicana, pues durante la conferencia matutina de este miércoles, aprovechó para señalar que el Golfo tiene ese nombre desde 1607 y es reconocido por la ONU.
E ironizó con llamar a parte del territorio de EUA como América Mexicana:
“Golfo de México es reconocido por Naciones Unidas, pero por qué no le llamamos América mexicana, se oye bonito, ¿no? Desde 1607, la Constitución de Apatzingán era de América Mexicana, entonces vamos a llamarle América Mexicana. Se oye bonito, ¿no?”, declaró Sheinbaum.
