Foto: Cuartoscuro
En un controvertido movimiento impulsado por Morena y sus aliados, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) fue eliminado bajo el argumento de que los organismos autónomos eran un mecanismo de los gobiernos anteriores para simular democracia y desviar recursos públicos.
Esta decisión ha generado una ola de críticas, señalando que deja un vacío en la garantía de derechos fundamentales como el acceso a la información y la protección de datos personales.
Como parte de su plan para sustituir al INAI, el gobierno de la 4T creó la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, liderada por Raquel Buenrostro.
Este nuevo ente será el encargado de asumir las responsabilidades previamente encomendadas al INAI.
Sin embargo, críticos de la medida han cuestionado la eficacia de esta estructura para garantizar la transparencia en un país donde prevalece la opacidad.
“Se apuesta por la autorregulación”: Lourdes Morales
Lourdes Morales, directora de la Red por la Rendición de Cuentas, expresó su preocupación en una entrevista para el medio Eje Central.
Según Morales, la desaparición del INAI implica una apuesta peligrosa por la autorregulación en lugar de una obligación clara de transparencia.
“Se está apostando a la autorregulación, a que cada quien cumpla voluntariamente con sus obligaciones de transparencia. Si viviéramos en un país en donde hay una cultura de la transparencia, ni siquiera necesitaríamos un órgano encargado para ello; pero sabemos que prevalece la cultura de la opacidad y que la ausencia del órgano que los obligaba y que los sancionaba en caso de incumplimiento va a permitir que haya omisiones sin consecuencias”, declaró Morales.
La directora también subrayó que la falta de un organismo autónomo para supervisar el cumplimiento de las normas de transparencia podría fomentar omisiones y abusos sin repercusiones.
Compras públicas: un foco de vulnerabilidad
En el contexto de las responsabilidades asignadas a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, Morales destacó que el enfoque en las compras públicas es una medida positiva, pero insuficiente para enfrentar los desafíos de la transparencia.
“La secretaría está muy enfocada en las compras del gobierno, por lo menos es lo que viene en la ley, y eso es buena noticia porque las compras públicas son uno de los eslabones más vulnerables para la corrupción, una bandera roja. Desafortunadamente, en las compras públicas hay abuso, mucha discrecionalidad y poca claridad sobre los precios, los montos y la calidad de lo que se adquiere”, comentó.
Estas declaraciones reflejan una preocupación generalizada entre especialistas y organizaciones de la sociedad civil sobre las implicaciones de la desaparición del INAI y la efectividad de la nueva Secretaría en su lucha contra la corrupción y por la transparencia.
¿Qué sigue?
La extinción del INAI representa un cambio significativo en el panorama institucional de México.
Para muchos, como Lourdes Morales, la falta de un organismo autónomo de supervisión podría traducirse en un retroceso en los esfuerzos por garantizar el acceso a la información y combatir la corrupción.
El tiempo dirá si la apuesta por la autorregulación y la nueva Secretaría Anticorrupción lograrán llenar el vacío dejado por el INAI o si, por el contrario, profundizarán los problemas de opacidad en el país.