
Foto: Cuartoscuro/Donald Trump (FB)
LOS LÍDERES DE LA POLÍTICA
La dinámica entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump contrasta con la pragmática relación que Andrés Manuel López Obrador tuvo con el estadounidense.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marca un desafío significativo para la relación bilateral entre México y el país norteamericano.
Con su conocida retórica de “Make America Great Again”, Trump vuelve con propuestas contundentes que colocan a México como una pieza clave en su agenda.
Problemas como la migración, el narcotráfico y la violencia se han convertido nuevamente en herramientas de presión para impulsar sus intereses.
En este contexto, Trump ha sido particularmente crítico de la situación interna de México, asegurando que los cárteles controlan amplias regiones del país y que la migración y el narcotráfico no han sido contenidos.
Incluso ha mencionado medidas como la imposición de aranceles del 25% o el despliegue del Ejército estadounidense en territorio mexicano para combatir a los cárteles.
Para Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, estas declaraciones representan un reto diplomático mayúsculo, que también pone a prueba su estilo de gobierno frente a la administración estadounidense.
Mientras tanto, la sombra de Andrés Manuel López Obrador, su predecesor, sigue presente como referente de una relación pragmática que evitó confrontaciones abiertas pero cedió en ciertos temas clave para garantizar la estabilidad bilateral.
Este no es el primer encuentro de México con Donald Trump como presidente. Durante su primer mandato (2017-2021), Andrés Manuel López Obrador logró manejar una relación compleja pero pragmática con el magnate.
A pesar de las amenazas de aranceles y cierres fronterizos, AMLO optó por un tono conciliador que resultó en acuerdos clave como el despliegue de la Guardia Nacional al sur de México para frenar la migración.
En contraste, las primeras interacciones entre Sheinbaum y Trump han estado marcadas por desencuentros.
La mandataria mexicana no dudó en desmentir algunas afirmaciones del republicano y ha enfatizado que México es un país soberano que no cederá ante presiones unilaterales.
Este enfoque, más confrontativo, genera dudas sobre si podrá mantener la estabilidad lograda por AMLO.
De acuerdo con la maestra Pía Taracena, académica de la Universidad Iberoamericana, el Trump que enfrenta Sheinbaum llega con un gabinete más radical y menos profesional en comparación con el de 2016.
“La relación con México en aquel entonces la manejaba mucho su yerno. Ahora, el gabinete incluye figuras como Marco Rubio, que refuerzan una narrativa más agresiva y unilateralista”, explica.
Además, Taracena subraya que Trump no tiene intención de construir una relación cercana con Sheinbaum, a diferencia de la dinámica personalista que tenía con AMLO.
“Trump no es particularmente respetuoso con las mujeres, y Sheinbaum representa a un país que él considera el principal problema para la seguridad de Estados Unidos”, comenta la experta, destacando que esto podría dificultar aún más las negociaciones bilaterales.
Los temas de migración, comercio y seguridad fronteriza siguen siendo ejes centrales en la relación bilateral.
Trump retomó su propuesta de imponer aranceles del 25% si México no toma medidas estrictas contra el narcotráfico y el fentanilo.
Sheinbaum ha respondido con firmeza, advirtiendo que México también está preparado para imponer medidas de represalia.
Durante el mandato de AMLO, acuerdos como el “Remain in Mexico” marcaron la agenda bilateral.
Sin embargo, Taracena destaca que Sheinbaum parece dispuesta a evitar ceder en los mismos términos.
“Trump utiliza a México como ejemplo de caos para justificar sus políticas unilaterales. Sheinbaum necesitará algo más que un discurso soberanista para contrarrestar estas acciones”, advierte.
La experta también enfatiza que Trump podría volver a emplear su estrategia de presión, amenazando con medidas extremas como aranceles o restricciones migratorias para forzar a México a actuar según sus términos.
Esto convierte a la migración y el comercio en puntos de tensión recurrentes en la agenda bilateral.
A pesar de los desafíos, Sheinbaum ha mantenido un discurso enfocado en la soberanía y la cooperación.
“México es libre, soberano e independiente”, declaró recientemente, subrayando su intención de buscar soluciones conjuntas sin someterse a presiones unilaterales.
Sin embargo, Taracena advierte que “la cooperación bilateral será más difícil bajo este nuevo Trump, que se muestra dispuesto a actuar de manera unilateral y transaccional”.
En este contexto, temas como el comercio y la seguridad podrían convertirse en puntos críticos.
“Trump priorizará una agenda basada en la desconfianza y el control, dejando a México con pocas opciones para negociar”, concluye la experta.
Sheinbaum enfrenta el reto de diseñar una estrategia efectiva que no solo contrarreste las amenazas de Trump, sino que también refuerce la posición de México como un socio igualitario.
Acciones como destacar los beneficios del T-MEC podrían ser clave, aunque los expertos coinciden en que la relación bilateral se perfila como asimétrica y llena de tensiones.
La comparación entre AMLO y Sheinbaum frente a Trump evidencia estilos distintos: uno pragmático y conciliador frente a otro más firme y directo.
Sin embargo, la clave estará en cómo Sheinbaum y su gabinete enfrentan un contexto marcado por mayores presiones unilaterales y una agenda de seguridad más agresiva.
Mientras Trump retoma su retórica de campaña, México enfrenta el reto de mantener la estabilidad bilateral sin ceder ante amenazas que podrían comprometer su soberanía y economía.
El futuro de esta relación dependerá de la habilidad de Sheinbaum para combinar firmeza y diplomacia en un escenario complejo y adverso.