
Foto: Cuartoscuro
La actividad petrolera es un área estratégica de la Nación, que desde su origen ha sido y será un detonante esencial en el desarrollo del país en beneficio de todos los mexicanos, considerando que únicamente a partir de una economía fuerte y estable, será posible que el Estado se allegue de los recursos necesarios para proveer a sus habitantes de más y mejores servicios públicos, tales como la educación, salud, seguridad, entre otros. Pues es un hecho, como lo ha demostrado la historia de México, que el impacto de su actividad petrolera es multidimensional, por lo que será la que marque el presente y el futuro del país.
No obstante, el sector petrolero fue ampliamente descuidado por los gobiernos neoliberales que, bajo la influencia de grupos con intereses privados, se avocaron a generar un marco ideal que permitiese anteponer sus prioridades, frente a las necesidades del pueblo y del desarrollo nacional.
México pasó de ser un país productor, a un país importador de crudos y combustibles refinados. A partir de 2014 creció sustancialmente su dependencia de los energéticos extranjeros, lo cual no solo representó un factor de riesgo para la seguridad de la Nación, sino que significó, además una diferencia importante entre las exportaciones e importaciones del país en la materia, siendo precisamente ese el último año en que se observó un superávit en la balanza comercial petrolera del país.
En 2015, se presentaron saldos negativos crecientes, siendo 2018 el año con un mayor déficit, con 23 mil millones de dólares como consecuencia directa de la reforma energética. Todo ello resulta “absurdo” si se mira desde la perspectiva de que México es rico en este valioso recurso, dado que según la información presentada por Petróleos Mexicanos (PEMEX) en su evaluación de Reservas de Hidrocarburos de 2024, las reservas de crudo al 1º de enero de 2024, se ubicaron en los 18,900.9 millones de barriles de petróleo.
Esta situación colocó a México en una delicada posición en el ámbito internacional, dado que de no contar con soberanía energética se expone a vulnerabilidades geopolíticas y fluctuaciones en los precios internacionales, pues la energía es el motor que impulsa a un país y, por ende, ostenta un eje transversal en todos los rubros de la vida nacional. En este contexto la autonomía energética es una cuestión de seguridad nacional.
Ante este escenario, la reforma constitucional del 31 de octubre de 2024, así como la expedición y reformas a diversos ordenamientos jurídicos publicados este 18 de marzo, brindarán el marco legal adecuado para consolidar la soberanía energética nacional, al establecer a PEMEX y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como empresas públicas del Estado, lo que permitirá recuperar el control del sector energético, priorizando la seguridad energética nacional, el bienestar de la población y la sustentabilidad de los recursos.
Se priorizará trabajar bajo seis ejes clave: producción eficiente de recursos, garantía de seguridad energética, apoyo al bienestar social, fortalecimiento de la economía nacional, responsabilidad ambiental e impulso a la energía limpia, mismas que están contempladas en el Plan de Trabajo 2025-2030 de PEMEX. Es de destacar en este rubro que, se implementarán acciones para incrementar las reservas de hidrocarburos con el objetivo de garantizar al menos diez años de consumo, a través de la realización de trabajos de exploración y perforación que permitan producir un total de 2 mil millones de barriles de petróleo.
Otro de los grandes rubros, se avoca al fortalecimiento de la capacidad de refinación de PEMEX, logrando con ello la producción de gasolina, diésel y turbosina, por medio de la rehabilitación de 6 refinerías con una inversión cercana a los 105 mil millones de pesos, lo cual es especialmente relevante dado el gran impacto directo que estos productos tienen en relación con la inflación.
Hoy, reconocemos que PEMEX al ser una empresa con presencia internacional, está integrando de forma gradual y responsable proyectos de energías limpias, sin perder de vista que, de acuerdo con las proyecciones de las principales consultoras especializadas en el sector energético, el crecimiento de las economías emergentes principalmente en Asia y América Latina continúan con la demanda de hidrocarburos, tendencia que prevalecerá hasta 2045.
PEMEX ha tenido en el desarrollo nacional un rol trascendental, y el futuro de México ha estado y estará vinculado a su estabilidad, pues como decía el presidente Lázaro Cárdenas la historia de nuestra independencia económica, no se debe tocar, está fuertemente enraizada en el corazón del pueblo, que la estima como una reivindicación legítima de los derechos de la nación al subsuelo.
Mtra. Ariadna Camacho Contreras. Licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey, cuenta con estudios de Maestría en la Universidad de Sowthwestern Law School en Los Ángeles California y en la Universidad Nacional Autónoma de México; se ha especializado en temas de Justicia Alternativa, Derecho Constitucional, Administrativo y Fiscal.