
Foto: Cuartoscuro
Sergio Sarmiento escribe sobre lo encontrado en el rancho Izaguirre y la crisis de desaparecidos que hay en México.
El hallazgo de un campo de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación en el rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, ha preocupado a la presidenta Claudia Sheinbaum y a muchos de quienes representan a la 4T.
Quizá la mayor inquietud surge de que en medios nacionales e internacionales se ha identificado las fotografías de calzado, ropa y mochilas de los presuntos recluidos con imágenes de los campos de concentración de la Alemania nazi. El hecho es que en todo el mundo se ha hablado de los “campos de exterminio” de México.
El secretario de seguridad, Omar García Harfuch, explicó en la mañanera del 24 de marzo: “No hay indicio de que haya sido un campo de exterminio, como lo mencionaron, sino un centro de adiestramiento”. Se refirió también a la detención de José Gregorio “N”, alias “El Lastra” o “Comandante Lastra”, “líder de la célula delictiva responsable del reclutamiento de personas para el Cártel Jalisco Nueva Generación”. Añadió: “De acuerdo con el testimonio del detenido, llegaron a privar de la vida a personas que se resistían a recibir el adiestramiento o, bien, intentaban escapar del lugar, así como golpearlos y someterlos a algún tipo de tortura”.
La presidenta Sheinbaum presionó al secretario de seguridad: “¿Hay ahí personas fallecidas o no sabemos?”. “Nosotros no tenemos conocimiento”, respondió García Harfuch. Ella insistió: “Y le pregunto a Omar, sí, la pregunta es si hay restos humanos en el predio”. El secretario contestó: “La Fiscalía General de la República va a determinar exactamente si hay restos; nosotros no lo tenemos confirmado”.
Hay razones para sostener que el rancho Izaguirre no es propiamente un campo de exterminio, pero no es posible descartar que se hayan llevado a cabo allí ejecuciones. Tampoco que haya en el país muchos otros centros similares de adiestramiento del crimen organizado.
La Guardia Nacional entró por primera vez al rancho en septiembre de 2024 junto con autoridades del estado de Jalisco. Detuvieron allí a 10 personas y rescataron a dos secuestrados.
El predio quedó bajo resguardo de la Fiscalía del Estado de Jalisco y nada más se supo hasta que, el 5 de marzo de 2025, un grupo llamado Guerreros Buscadores de Jalisco halló restos óseos calcinados, casquillos de bala, cargadores, ropa y más de un centenar de pares de zapatos.
Las fotografías que se difundieron llevaron a la identificación del lugar como un posible campo de exterminio del crimen organizado, cosa que negaron los portavoces del gobierno. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, preguntó: “¿Hay 200 zapatos ahí? Pero ¿quién dice que esos zapatos son de personas desaparecidas”.
La verdad es que sí es posible que esos zapatos y la ropa sean de desaparecidos. De hecho, el tema de los desaparecidos se está convirtiendo en un problema creciente para el gobierno de Sheinbaum.
En la mañanera del 25 de marzo la mandataria señaló que los homicidios dolosos han caído 22.4 por ciento desde septiembre de 2024, el último mes de gobierno de López Obrador, pero los desaparecidos, que promediaban 25 diarios con López Obrador, han subido a 41 en el nuevo gobierno. Claramente hay una crisis de desaparecidos. El rancho macabro es simplemente un símbolo de ese problema.