
Foto: Cuartoscuro
Académicos, políticos y periodistas emitieron su opinión sobre la medida que para algunos fue un salvavidas y para otros provocó una crisis.
A casi 30 años de la medida del Fobaproa, aún hay expertos, políticos y periodistas que la defienden y otros que la critican. Apenas hace unos días el tema revivió debido a que reapareció el expresidente Ernesto Zedillo, quien se lanzó contra la presidenta Claudia Sheinbaum.
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Una de las voces que defiende la estrategia del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), llevada a cabo durante el sexenio de Zedillo Ponce de León, es el periodista Ciro Gómez Leyva.
Luego de los señalamientos entre el expresidente y la mandataria, el periodista preguntó “¿Qué sería del país sin el rescate bancario de 1995, 96, 97, 98?”.
Según Gómez Leyva, “decisiones como esa fueron fundamentales para mantener la estabilidad del país y merecen una valoración objetiva, no sólo ataques ideológicos".
Durante su programa de Radio Fórmula, cuestionó la narrativa oficial que descalifica a quienes expresan opiniones contrarias al gobierno con el argumento de que “representan al pensamiento neoliberal”, que “fueron derrotados por la historia” o que “buscan desestabilizar al gobierno”.
Enrique Cárdenas, exdirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, aseguró que el Fobaproa fue indispensable, doloroso pero exitoso.
A través de un artículo publicado en Expansión, Cárdenas explica que el rescate bancario está lleno de mitos y realidades, verdades a medias y leyendas urbanas que hacen que los mexicanos piensen que el Fobaproa benefició sólo a los accionistas bancarios.
“De este episodio se siente un alto grado de corrupción, de polarización social y política”, señala. “Es necesario decir las verdades completas. El rescate apoyó a los accionistas de los bancos, pero también logró que los usuarios no perdieran sus ahorros, eso fue fundamental”.
De acuerdo con el académico, el punto central del rescate era que los ahorradores no perdieran su dinero, y que los bancos cumplieran sus obligaciones con el público y así se evitaría pánico y que la gente sacara sus recursos de manera masiva, lo cual hubiera prolongado más la crisis que vivía el país.
“Éste es el logro más importante y el que menos reconoce la gente. El rescate evitó un desplome del sistema financiero y de la actividad económica”, sostiene.
Al ser cuestionado sobre cómo calificaría al Fobaproa, Cárdenas señala que si bien fue “doloroso porque este proceso derivó en la entrada de los bancos extranjeros, también fue indispensable”.
“No salvar al sistema bancario hubiera prolongado la crisis económica. Además, fue exitoso, porque se le da credibilidad al sistema bancario al proteger los ahorros de los mexicanos", concluye.
En 1990, en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se creó el Fobaproa, un mecanismo financiero que convirtió la deuda privada de los bancos en deuda pública.
Este fondo se estableció con el objetivo de poder enfrentar posibles crisis financieras y asegurar la liquidez de las instituciones bancarias en caso de ser necesario.
Con la llegada del error de diciembre y la devaluación del peso, el expresidente Ernesto Zedillo decidió activar el Fobaproa para disminuir sus efectos.
Sin embargo, se incluyó el rescate de pagarés, lo que implicó una intervención financiera de 552 mil millones de pesos, equivalente al 15.8% del Producto Interno Bruto en ese momento.
Uno de los principales críticos de la medida es el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien ha señalado que es “inhumano utilizar al gobierno para defender intereses particulares y desvanecerlo para cuando se trata de proteger el beneficio de las mayorías”.
En su toma de posesión e incluso en conferencias matutinas, el exmandatario comentó que “no es jugar limpio defender la facultad del Estado para rescatar a instituciones financieras en quiebra y considerarlo una carga cuando se busca el bienestar de los más necesitados”.
Además, el tabasqueño calificó el fondo como un “saqueo”.
“El llamado rescate bancario costó 1 billón de pesos; han transcurrido 20 años y cada año se destinan de 30,000 a 40,000 millones para pagar intereses del Fobaproa y la deuda sigue igual”, expresó en una de sus conferencias matutinas.
Otro crítico es el periodista y escritor Fabrizio Mejía que en diferentes publicaciones ha señalado que el Fobaproa se hizo “fuera de la ley”.
“El dinero tendría que haber sido aportado por los mismos bancos para proteger a sus ahorradores, no por el Banco de México ni por los excedentes petroleros. Eso fue ilegal”, escribe en una de sus columnas en el medio Sin Embargo.
Asimismo, Mejía reclama que Zedillo “lo ordenó desde su carácter de Jefe de Jefes, con poderes más allá de la Constitución. No lo aprobó el Congreso en ese 1995. Fue hasta 1998. Fue una decisión autocrática del Presidente en funciones".
Uno de los políticos que también mostró su descontento con la decisión fue el actual senador de Morena, Gerardo Fernández Noroña, quien en ese entonces era militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
A través de un video compartido en redes sociales, se observa al senador caminar en las calles de la Ciudad de México mientras carga una taza del baño.
Enfrente de medios de comunicación, Fernández Noroña abre la taza para mostrar “el verdadero secreto del Fobaproa”.
De acuerdo con el senador, la protesta con el excusado era para “simbolizar perfectamente lo que es el Fobaproa”.
“Es una gran cloaca donde hay detrás negocios ilícitos, negocios inmorales. Se pretende la pague el pueblo de México y eso es inaceptable", comenta en el video.