
Foto: Facebook Sol Estrada
Con pancartas, lonas y vestidos de blanco, los manifestantes denunciaron los delitos que se viven en la entidad como homicidios, asaltos, extorsión y feminicidios.
En Cuernavaca, la capital del estado de Morelos, decenas de católicos marcharon para exigir un alto a la violencia.
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Desde hace once años, las y los ciudadanos han tomado las calles para pedir mayor seguridad.
De acuerdo con información de El Sol de Cuernavaca, el Monseñor Ramón Castro Castro de la Diócesis de Cuernavaca, declaró que desde la Iglesia “nos duele toda esta sangre que se ha derramado, nos interpele el dolor de tantas madres, tantos familiares, su angustia e incertidumbre, y el miedo en el que tantas personas viven”.
La protesta salió de la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros en Tlaltenango y comenzó con una oración a las 08:00 horas, para salir una hora después hacia la Catedral de Cuernavaca.
Con pancartas, lonas y vestidos de blanco, los manifestantes denunciaron los delitos que se viven en la entidad como homicidios, asaltos, extorsión y feminicidios.
Entre la manifestación, se alcanzaron a leer consignas como “Caminemos por la paz”, “Queremos paz” y “Nadie merece vivir con miedo”.
El objetivo principal de esta caminata, según los organizadores, es promover un mensaje de paz, armonía y compromiso social.
Algunos de los asistentes llevaron fotografías de sus seres queridos, quienes han sido víctimas de la violencia en la entidad.
Mientras tanto, otros cargaron consigo fichas de búsqueda de familiares o amigos.
El llamado principal de los participantes es a las autoridades estatales y federales para que garanticen la seguridad de los habitantes.
El obispo Ramón Castro Castro reprochó los niveles de violencia registrados en el estado y en el país, al señalar que pese a los esfuerzos, las autoridades no han logrado otorgar la seguridad que el pueblo requiere.
Además, criticó que en la actualidad el crimen organizado está tan enraizado en la sociedad, que el gobierno debe pedirle permiso para poder actuar.
“El crimen organizado se ha infiltrado tanto que hace casi imposible no toparse con él. No importa lo que te dediques, te lo topas en la calle, en tu negocio, en tu propia familia y lo mismo sucede en el gobierno”.
Aseguró que trabajar en el gobierno ya es una cuestión de riesgo, pues para poder actuar “a los líderes del narco, hay que pedirles permiso”.
Datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de enero a abril de este año, en el estado de Morelos se tiene registro de 550 víctimas de homicidio.
Además, se señala que en el primer cuatrimestre del año hay mil 345 víctimas de lesiones, 12 de feminicidio y 6 de secuestro.
Mientras que la Comisión Nacional de Búsqueda señala que hay dos mil 66 personas desaparecidas y no localizadas.