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El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que se puso en peligro la vida de civiles.
El gobierno de Guatemala entregó una nota de protesta a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México para reclamar la entrada de policías de Chiapas a su territorio.
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De acuerdo con el comunicado, se trata de los hechos del domingo 8 de junio de 2025 en la frontera La Mesilla, municipio de La Democracia, Huehuetenango, en donde se produjo un enfrentamiento armado.
Y es que agentes de las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), pertenecientes a la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP) de Chiapas, integrada por el nuevo gobierno estatal, ingresaron a Guatemala como parte de un enfrentamiento en la frontera sur y el cual dejó cuatro presuntos sicarios muertos.
Ante ello, el Ministerio de Relaciones Exteriores señaló que dicha incursión “fue llevada a cabo fuera de los mecanismos de coordinación de seguridad entre los dos países”.
Además, destaca que “se puso en peligro la vida de civiles, y no contribuye a las relaciones de buena vecindad entre Estados”.
Por ello, hizo un llamado a las autoridades mexicanas para que se lleve a cabo la investigación de los hechos.
De acuerdo con el gobierno de Guatemala, el objetivo de la indagatoria es “para mantener la seguridad y el respeto recíproco en las zonas fronterizas, con arreglo al derecho internacional”.
Por último, exhortó a profundizar con urgencia la cooperación y acciones en materia de seguridad fronteriza, en el marco del Grupo de Alto Nivel de Seguridad (GANSEG) entre ambos países.
De acuerdo con información de El País, el enfrentamiento se desató cerca de las 15:00 horas del domingo 8 de junio cuando un grupo de policías mexicanos perseguía a un grupo de narcotraficantes en el municipio de Frontera Comalapa, en el Estado sureño de Chiapas, al límite con Guatemala.
Minutos antes, en un enfrentamiento sobre la carretera, los agentes habían disparado contra cuatro presuntos criminales y habían incautado varios vehículos y armas de grueso calibre. Los delincuentes que sobrevivieron huyeron a Guatemala.
Ante ello, los policías mexicanos continuaron la persecución y cruzaron la línea divisoria entre ambos países.
Eduardo Ramírez, gobernador de Chiapas, acusó a las autoridades guatemaltecas de estar “coludidas” con el crimen organizado y de “estar al servicio de la delincuencia”.
A través de una publicación en Facebook, el mandatario escribió que “es muy delicado que autoridades encargadas de velar por la seguridad de sus conciudadanos participen en estos actos”.
“No es cosa menor estar coludidos, pero lo que es peor es estar al servicio de la delincuencia. Esperamos que nuestra hermana República de Guatemala actúe con legalidad y responsabilidad con los elementos de sus corporaciones. Nosotros seguiremos aplicando la ley con firmeza y sin distinción alguna. El pueblo de Chiapas vivirá en paz", agregó.
Sin embargo, el ministro de Defensa de Guatemala, Henry Sáenz, defendió la inactividad de los militares y dijo que fue para evitar la muerte de pobladores o comerciantes.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, pidió ampliar las investigaciones sobre este hecho para conocer realmente qué ocurrió.
También dijo que “no está bien” que los policías mexicanos hayan ingresado a Guatemala.