
Foto: Cuartoscuro
El fundador del Cártel de Guadalajara está acusado del asesinato del agente especial de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
Este miércoles 25 de junio terminó la audiencia de Rafael Caro Quintero, también conocido como el “capo de capos”, ante la fiscalía estadounidense.
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Aunque se esperaba que el narcotraficante llegara a un acuerdo con la fiscalía, esto no ocurrió, por lo que aún existe la posibilidad de que se le imponga la pena de muerte.
Además de los cargos por narcotráfico y uso ilegal de armas de fuego, a Caro Quintero se le imputa el asesinato del agente de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, en inglés), Enrique “Kiki” Camarena en 1985.
Durante la audiencia se dio a conocer que los fiscales ya preparan material para el juicio de Caro Quintero. Dicho material se trata de los audios del interrogatorio y tortura a la que fue sometido el agente.
Roberta Garza, periodista que sigue de cerca el caso, reveló a Azucena Uresti que Caro Quintero no estuvo presente ante la fiscalía estadounidense y que a sólo estuvo su sobrino, Ismael Quintero, quien también puede afrontar pena de muerte.
Sin embargo, su abogada Elizabeth Macedonio señaló que pondrá a disposición de la Corte un paquete de elementos de mitigación del crimen para reducir la gravedad de la sentencia, por lo que la fiscalía seguirá el caso sobre el discurso de la defensa.
La próxima audiencia de Rafael Caro Quintero será el 18 de septiembre, donde ya una vez entregado el paquete de mitigación por parte de la defensa del narco, la corte dictará sentencia.
El “capo de capos” vive su segunda etapa en prisión por los mismos cargos, pues en 1985 estuvo encarcelado en México tras el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, exagente de la DEA; pero salió en para 2013.
Sin embargo, el ex líder del Cártel de Guadalajara fue recapturado el 15 de julio de 2022 y posteriormente fue expulsado junto a otros 28 criminales a Estados Unidos, el 27 de febrero de 2025, luego de pasar 20 meses encerrado en un penal en el Estado de México.
La extradición del narcotraficante está dentro de un amplio paquete de medidas de seguridad entre México y Estados Unidos.