
Foto: Cuartoscuro
El exzar contra la pandemia arrastra acusaciones por negligencia, frases desafortunadas y crisis de medicamentos en México.
La designación de Hugo López-Gatell como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha generado una ola de críticas y rechazo por parte de la oposición, colectivos ciudadanos y víctimas de la pandemia.
Lejos de tratarse de un nombramiento libre de polémica, su llegada al organismo internacional revive el debate sobre su actuación como el principal estratega del gobierno de Andrés Manuel López Obrador frente a la emergencia sanitaria del COVID-19.
Durante su gestión como subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, López-Gatell fue protagonista de decisiones altamente cuestionadas, errores de cálculo, declaraciones minimizantes y omisiones que, según críticos, contribuyeron al elevado número de muertes en México.
Su perfil técnico, antes admirado, fue desplazado por una figura envuelta en escándalos, acusaciones legales e incluso señalamientos por “homicidio por omisión”.
Uno de los momentos más recordados de su gestión fue en 2020, cuando aseguró que el escenario “más catastrófico” en México por el COVID-19 contemplaba hasta 60 mil muertes.
Al corte de 2023, más de 330 mil personas habían fallecido oficialmente por la enfermedad, y estimaciones de la OMS elevan la cifra por exceso de mortalidad a más de 600 mil.
Además, su insistencia en que el pico máximo de contagios llegaría entre el 6 y el 10 de mayo de 2020 fue rebasado por múltiples olas de contagios.
El manejo de datos y las decisiones basadas en proyecciones erradas minaron la confianza de la población y expertos en salud pública.
López-Gatell también fue duramente criticado por minimizar el uso del cubrebocas.
En repetidas ocasiones afirmó que este no protegía de forma individual contra el contagio, en contradicción con las recomendaciones de organismos internacionales.
Algunas de sus frases más controvertidas incluyen:
Estas declaraciones, entre otras, lo posicionaron como una figura que favorecía más la narrativa presidencial que el rigor científico.
En 2022, López-Gatell fue denunciado penalmente por “homicidio por omisión” por familiares de víctimas del COVID-19, quienes consideran que sus decisiones costaron vidas.
También se enfrentó al rechazo de colectivos como “Unidos por la Salud Mental” y de padres de niños con cáncer, a quienes nunca recibió a pesar del desabasto de medicamentos oncológicos.
De hecho, en 2021, Gatell declaró que dicha escasez era una “mentira con fines golpistas”, generando aún más indignación entre los afectados.
Durante el pico de contagios en enero de 2021, se filtraron imágenes de López-Gatell vacacionando en Oaxaca junto a su pareja.
Mientras miles de mexicanos seguían indicaciones de confinamiento, el funcionario disfrutaba del sol en la playa, lo que fue visto como un acto de incongruencia e insensibilidad.
La oposición, especialmente senadores del PAN y legisladores de Movimiento Ciudadano, han calificado a López-Gatell como “negligente” e “incompetente”, insistiendo en que su gestión debería investigarse a fondo.
En 2023, intentó competir por la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, pero fracasó rotundamente.
Diversas encuestas internas lo ubicaron con niveles altos de rechazo: hasta 25.6% tenía una opinión negativa de él, según Parametría.
Tras esa derrota, ocupó un breve cargo burocrático en la Oficina de la Presidencia, y más tarde regresó a su puesto como médico especialista en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.
A finales de 2024, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le otorgó el Premio Carlos Montemayor por su “compromiso con el cambio social”.
En contraste, en redes sociales y entre la oposición fue apodado como “el Dr. Muerte”, en alusión a las consecuencias de su gestión.
Aún sin el respaldo unánime de la opinión pública, Claudia Sheinbaum confirmó su nombramiento ante la OMS sin necesidad del aval del Senado, lo que ha sido interpretado por críticos como una recompensa política más que un reconocimiento a su labor sanitaria.