LOS LÍDERES DE LA POLÍTICA

Nacional

¿Falta de liderazgo? Las señales que evidencian la crisis que podría ser el fin de Morena

Escándalos, pugnas internas y ausencia de liderazgo amenazan con fracturar al partido que domina la política mexicana.

La Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, María Luisa Alcalde, acompañada por Andrés Manuel López Beltrán, secretario de organización de Morena, y el senador Aníbal Ostoa Ortega, presidieron la asamblea informática con militantes y simpatizantes del partido que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones Campeche XXI. En su intervención Luisa Alcalde, indico que se fortalecerá el partido desde la base y anunciando la reestructuración de los comités, así como de retomar de nueva cuenta el periódico regeneración.

Foto: Cuartoscuro

Cristian  Alanis

Cristian Alanis

Publicada: ago 11 a las 14:54, 2025

En los últimos meses, Morena y la Cuarta Transformación han enfrentado una serie de polémicas que han puesto en entredicho su autoridad moral y política.

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Desde los lujosos viajes al extranjero de figuras clave, como Andrés Manuel “Andy” López Beltrán —captado en Tokio visitando tiendas de lujo—, hasta los excesos de Sergio Gutiérrez Luna y su esposa, Diana Karina Barreras, cuyas apariciones públicas han estado marcadas por ostentosos accesorios y joyas, el discurso de austeridad que enarbola el movimiento parece cada vez más debilitado.

Diana Karina Barreras y Sergio Gutiérrez Luna

Foto: X de Sergio Gutiérrez Luna

A estos episodios se suman las acusaciones contra Adán Augusto López Hernández, actual coordinador de los senadores de Morena y exsecretario de Gobernación, por sus presuntos nexos con el crimen organizado.

El señalamiento provino de un gobierno morenista: el de Javier May, gobernador de Tabasco, y del hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramiro “Pepín” López Obrador.

Ambos cuestionaron su decisión de nombrar a Hernán Bermúdez Requena como titular de Seguridad Pública en Tabasco durante su mandato como gobernador, ya que resultó que este personaje fundó y lideró la célula delictiva de “La Barredora”, grupo que ha sido asociado con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Adán Augusto y Javier May

Foto: Cuartoscuro

Estos casos han alimentado la percepción de que Morena atraviesa una crisis de liderazgo que podría derivar en una fractura interna irreversible.

La falta de liderazgo como riesgo existencial para Morena

Diversas voces, incluso dentro del propio partido, advierten que Morena enfrenta un vacío de poder desde la salida de López Obrador.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha intentado marcar distancia de los excesos de sus correligionarios, pero sin confrontar de manera directa a los implicados, lo que ha derivado en una estrategia que, según analistas como Ana Francisca Vega, podría desgastar su capital político y vaciar de contenido las promesas de la 4T.

El dilema es claro: o Sheinbaum actúa con firmeza para sancionar los abusos y preservar la credibilidad del proyecto, o corre el riesgo de heredar no solo los votos de su antecesor, sino también sus sombras.

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Facciones y luchas internas por el control del partido

La politóloga Viri Ríos apunta que lo que vive Morena no es una simple ruptura coyuntural, sino la expresión de una pugna más profunda entre facciones que buscan definir el rumbo del partido.

Ríos hace referencia a una “herencia fragmentada” por parte de López Obrador:

  • La Presidencia se la dejó a Sheinbaum
  • El Congreso para sus contendientes: Ricardo Monreal y Adán Augusto
  • Aparato partidista para la dupla formada por Luisa Alcalde y “Andy” López Beltrán

Para la politóloga, dicha herencia de AMLO, ha abierto la puerta a que figuras con antecedentes cuestionables intenten capturar la estructura interna.

Luisa María Alcalde y Andy López Beltrán

Foto: Cuartoscuro.

Señales claras de una crisis política en curso

Periodistas como Salvador Camarena sostienen que la crisis actual es resultado de un “vacío de poder” que ha permitido que el obradorismo se vea dominado por la ostentación, el nepotismo y las disputas públicas.

A falta de un liderazgo fuerte, los llamados a la moderación de figuras como Luisa María Alcalde y Alfonso Durazo han sido ignorados.

Entre las señales más evidentes de esta crisis destacan:

  • Exhibicionismo y lujos de figuras clave, en contraste con el discurso de austeridad.
  • Acusaciones internas de corrupción y vínculos con el crimen organizado.
  • División en facciones con intereses contrapuestos rumbo a 2027.
  • Debilitamiento de la autoridad presidencial para imponer orden.
  • Reconocimiento público de fracturas por parte de líderes del movimiento.

Reconocimiento público de las fracturas

En los últimos meses, varias figuras de alto perfil dentro de Morena han roto el silencio y admitido que el partido enfrenta tensiones internas que amenazan con escalar.

Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, ha hablado abiertamente de una “disputa interna insalvable” que, según él, se refleja en la lucha anticipada por candidaturas rumbo a 2027.

Este adelantado forcejeo, advierte, no solo debilita la unidad interna, sino que también erosiona la capacidad del partido para llegar cohesionado a las elecciones.

Ha pedido públicamente que los liderazgos morenistas pongan el interés nacional por encima de las ambiciones personales, pero sus llamados no han frenado las pugnas.

Por su parte, Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, ha reconocido que existe un “golpeteo interno” motivado por ambiciones políticas.

Aunque considera que el problema es “resoluble” si se actúa con madurez, también ha alertado que las tensiones internas son un regalo para la oposición en momentos de alta confrontación política.

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Olga Sánchez Cordero, diputada federal y exsecretaria de Gobernación, ha sido aún más directa al admitir que Morena vive un momento marcado por la existencia de “fracciones” y “muchos grupos” que buscan posicionarse rumbo a las elecciones.

Comparó la situación con lo ocurrido en otros partidos como el PAN y el PRD, donde la disputa por el poder y las candidaturas terminó por fragmentar sus estructuras.

En conjunto, estas declaraciones son inusuales en un partido que hasta hace poco se presentaba como un bloque sólido bajo la figura de López Obrador.

Ahora, el reconocimiento público de las divisiones confirma que el desgaste interno es real y que, lejos de cerrarse, las brechas dentro de Morena parecen ampliarse con el paso de los meses.

Un momento decisivo para la presidenta Sheinbaum

Para Claudia Sheinbaum, el mayor desafío no proviene de la oposición, sino de su propio partido.

Morena, que en la era de López Obrador se presentaba como un bloque sólido, atraviesa hoy una etapa marcada por pugnas internas, exhibicionismo y acusaciones que ponen a prueba la cohesión del movimiento.

Andrés Manuel López Obrador

Foto: Cuartoscuro

Analistas como Ana Francisca Vega señalan que la presidenta enfrenta una disyuntiva: actuar con firmeza contra quienes han protagonizado estos excesos o dejar que las tensiones se diluyan sin medidas contundentes.

El primer camino le permitiría consolidar un liderazgo propio y reforzar la credibilidad de la 4T; el segundo, más cómodo en el corto plazo, podría normalizar las conductas que contradicen las banderas históricas del movimiento, como la austeridad y el combate a la corrupción.

Desde la perspectiva de Salvador Camarena, el verdadero riesgo está en que Sheinbaum no asuma plenamente el rol de liderazgo dentro de Morena, lo que ha creado un vacío que otros aprovechan para impulsar agendas propias.

Este escenario, advierte, abre la puerta a que el partido se pierda en disputas internas y pierda rumbo político.

Por su parte, Viri Ríos recuerda que estas tensiones no son coyunturales, sino parte de una lucha más amplia por definir el futuro del partido.

De un lado están quienes buscan preservar los ideales originales de la 4T; del otro, actores que intentan capitalizar la estructura de Morena para fines personales o de grupo.

En este contexto, analistas llegan a la conclusión de que la presidenta deberá decidir si asume un papel de árbitro que imponga límites claros o si permite que las facciones sigan marcando el paso y que, como ha ocurrido con otros partidos, lleve al desgaste político de Morena.. Todo esto, de cara a las las elecciones de 2027.

Claudia Sheinbaum

Foto: Cuartoscuro