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En entrevista con Político MX, el periodista J. Jesús Esquivel habló sobre las organizaciones criminales en EUA
La lucha contra el tráfico de drogas ha sido el tema predilecto del presidente Donald Trump para amenazar y presionar con la aplicación de medidas económicas, así como para culpar a México de los problemas de inseguridad y de crisis de salud dentro de su país desmarcándose de la responsabilidad que le toca a las autoridades estadounidenses.
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Esto debido a que la distribución de fentanilo y otras drogas dentro del país no lo hacen directamente los cárteles mexicanos, sino cárteles estadounidenses.
Así lo explica el periodista J. Jesús Esquivel en entrevista con Político MX con motivo de la publicación de su nuevo libro “Los cárteles gringos” explica cómo desde Estados Unidos se ha impulsado la narrativa de la crisis de salud generada por los cárteles mexicanos, sin tomar en cuenta que organizaciones criminales en EUA, conformadas por ciudadanos norteamericanos, son los encargados de la distribución de esta en el territorio.
Esquivel explica que estos grupos son pandillas y clubes de motocicletas como los Hell’s Angels, los cuales “tienen una sofisticación muy clara del manejo para el transporte, la distribución, la venta y colocar el precio” y acaparan un extenso territorio al tener fracciones en diferentes estados con sus cabecillas respectivas.
Debido a estas operaciones, coordinación y la violencia con la que operan, el gobierno norteamericano ha reconocido su peligrosidad hasta el punto de que en el 2016, la DEA formó un grupo dedicado a investigar a las organizaciones a través de la Iniciativa de Cárteles Domésticos, pero para que esta fuera aprobada, se omitió el termino cártel para no espantar a los congresistas, aunque esta sería eliminada tiempo después.
“El gobierno federal de Estados Unidos lo sabe porque crearon la iniciativa para combatir a los cárteles domésticos y fue aprobado por el Congreso y formaba parte del Departamento de Justicia y de la DEA; la ciudadanía lo desconoce porque los medios de comunicación de EUA no lo publica ni les interesa porque ya se acostumbraron a la narrativa del gobierno de que los cárteles están fuera de Estados Unidos”.
Además, explica en el libro, ha habido gran recistencia por parte del gobierno en reconocer el peligro y poder de estas. Aún con todo, dentro del país no hay como tal un cártel que sobresalga de entre los demás o que puedan ser equiparados con los mexicanos.
“No existe una organización criminal que pueda ser comparada con el Cártel de Sinaloa porque en EUA no existe un capo que dirija una organización así, sin embargo, en la sofisticación y en la operación incluso hasta lo pueden rebasar” en el tema de la distribución de drogas.
Estas organizaciones operan de forma autónoma a los cárteles e incluso para varios al mismo tiempo encargándose de la distribución y venta dentro del territorio.
“No hay un dirigente, no responden a las órdenes de alguien, tienen un presidente y vicepresidente de la ciudad donde se encuentren ubicadas. (...) Por eso no se puede hablar de una comparación con los cárteles, pero en términos operativos estamos hablando de un territorio mucho más grande que el mexicano”, señala.
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Para pasar las ganancias, utilizan, entre otros métodos, el envío de las remesas, ya que el gobierno de EUA permite depósitos de hasta 10 mil dólares de forma legal a través de instituciones financieras.
“A los estadounidenses hasta les conviene que el gobierno de México no quiera aceptar que hay dinero sucio en las remesas porque estamos acostumbrados a decir que toda esa actividad de miles de millones de dólares las envían los trabajadores que están en estados unidos pero otra parte es dinero sucio”, señala.
Señala que aunque las instituciones contratan a exagentes de la ley para investigar estos depósitos, el Departamento del Tesoro no ha adoptado mayores medidas porque se ha acostumbrado a la narrativa de culpar a otros de sus problemas: “Decir que sus bancos lavan dinero del narco sería algo catastrófico para el sector financiero”.
Ante este panorama y por el deslinde de responsabilidades, se le preguntó si estaría relacionado con estas actividades las investigaciones a las instituciones mexicanas Intercam, CIBanco y Vector, señaló que en realidad solo se trata de presión política: “Eso es presión política y que nada tiene que ver con los cárteles gringos”.
Si bien el gobierno de Claudia Sheinbaum ha confrontado al de Donald Trump en varias ocasiones por las descalificaciones constantes señalando que no se ha hecho lo suficiente para detener el tráfico de droga, el papel de México sigue siendo desprestigiado.
Al respecto, el periodista consideró que el gobierno mexicano debería insistir a la administración de Trump:
“Deberían seguir con el dedo sobre la llaga y decir ‘bueno, allá quién la vende, quién la distribuye’, necesitamos información para cooperar en la relación bilateral”.