
Foto: Especial
La cercanía de la 4T con La Habana incomoda a Washington y podría traducirse en presiones en migración, seguridad y comercio.
Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca para su segundo mandato, el gobierno mexicano se ha visto presionado en temas clave de la relación bilateral: seguridad, comercio, migración y, de forma particular, el tráfico de drogas sintéticas como el fentanilo.
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Tanto la administración de Claudia Sheinbaum como parte del sexenio de Andrés Manuel López Obrador han tenido que lidiar con un gobierno estadounidense crítico e impaciente.
Aunque en algunos momentos se ha considerado que la relación diplomática se mantiene estable, en los últimos meses el tono de Washington se ha endurecido.
Se han multiplicado las polémicas por la intención de Estados Unidos de tratar a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas” e incluso por propuestas de intervención militar.
Además, la captura y los acuerdos judiciales de capos como Ovidio Guzmán e Ismael “el Mayo” Zambada han despertado especulaciones sobre posibles nexos entre cárteles y políticos de la 4T.
A esto se suma la decisión de Washington de revocar visas a funcionarios mexicanos, lo que se interpreta como parte de investigaciones en curso contra figuras relevantes de Morena.
En este contexto, periodistas como Raymundo Riva Palacio, Jesús Martín Mendoza y Alejo Sánchez Cano, así como políticos como Manuel Clouthier, han advertido que la relación de la 4T con Cuba es vista con creciente molestia en la Casa Blanca.
Según estos análisis, esa cercanía podría traducirse en nuevas presiones de Trump hacia México en ámbitos sensibles como la migración, la seguridad y el comercio.
Con este telón de fondo, los convenios entre México y Cuba —que abarcan desde medicinas y médicos hasta libros de texto, vacunas y combustibles— aparecen como un posible foco de tensión en la relación bilateral.
Una investigación de Animal Político reveló que, durante el sexenio de López Obrador, Birmex pagó más de 100 millones de pesos a laboratorios cubanos por medicamentos caducos, de mala calidad o que nunca llegaron a hospitales.
“Muchos de los empaques venían en mal estado y el área de calidad de Birmex los identificaba y apartaba con la finalidad de que éstos no se distribuyeran. En otras condiciones, este tipo de deficiencias a cualquier otro proveedor se le hubiera regresado. Sin embargo, la instrucción fue de recibirlos y de acondicionarlos”, señaló un exfuncionario a la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
De acuerdo con The Lancet, entre 2022 y 2024 México destinó 24 millones de dólares para contratar a más de 600 médicos cubanos, una cifra que pudo haber cubierto los sueldos de 3,500 especialistas nacionales o 4,500 médicos generales.
“En respuesta a este intento fallido de atraer médicos a comunidades rurales, el gobierno mexicano reclutó 610 médicos cubanos, gastando casi 24 millones de dólares entre 2022 y 2023”, señala el artículo de la revista médica.
Aunque Sheinbaum defendió la medida al asegurar que “por más que se abren las convocatorias, no hay médicos mexicanos que quieran ir a estos lugares”, críticos advierten que la estrategia no es sostenible y que habría sido preferible invertir en la formación de médicos nacionales.
De acuerdo con una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), el gobierno de AMLO financió más de 387 millones de pesos en la impresión de 15 millones de libros de texto gratuitos enviados a Cuba entre 2023 y 2024.
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El Observatorio de Libertad Académica alertó que los materiales enviados tenían un fuerte contenido ideológico, al incluir referencias a figuras como Fidel Castro, Che Guevara y Hugo Chávez, además de críticas a Estados Unidos por supuestas “guerras biológicas” contra la isla.
En el marco de la pandemia, el gobierno mexicano compró a Cuba la vacuna Abdalá por un monto de 1,453 millones de pesos.
El contrato fue cuestionado por especialistas debido a la falta de aval internacional sobre su eficacia.
A pesar de las críticas, el gobierno defendió la adquisición bajo el argumento de garantizar disponibilidad de biológicos en plena emergencia sanitaria.
Entre mayo y junio de 2024, la empresa estatal Gasolinas del Bienestar envió a Cuba más de 10 millones de barriles de crudo y 132 millones de litros de gasolina, turbosina y diésel, de acuerdo con reportes de MCCI.
El apoyo energético a la isla se sumó a otros mecanismos de cooperación impulsados por AMLO y continuados por Sheinbaum.
Mientras México estrechaba vínculos con Cuba, Trump reforzó sanciones contra la isla.
En julio de 2025 firmó un memorando que prohíbe transacciones con el conglomerado militar Gaesa, limita aún más los viajes turísticos y mantiene a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Además, The New York Times reportó que el gobierno estadounidense comenzó a retirar visas a funcionarios de países que pagan a Cuba por sus brigadas médicas, medida que afecta directamente a programas como el mexicano.
Incluso, la fiscal general Pam Bondi colocó a México en la lista de países enemigos junto con China, Rusia, Irán y Corea del Norte, acusando al gobierno de Sheinbaum de “no tener una estrategia efectiva contra el fentanilo”.
Claudia Sheinbaum reiteró en agosto que México se opondrá al bloqueo contra Cuba:
“México es un país que desde hace decenas de años votó en contra del bloqueo a Cuba y esa será siempre nuestra posición”, declaró en conferencia de prensa.
Sin embargo, esta postura, sumada a los convenios con La Habana, puede convertirse en un frente de presión con Washington.
Como escribió Alejo Sánchez Cano, “el envío de petróleo y la contratación de supuestos médicos cubanos son temas que causan escozor en la Casa Blanca”.
De mantenerse la confrontación, México enfrentaría no solo el reto de lidiar con los temas de seguridad, fentanilo y migración, sino también con las repercusiones políticas y comerciales de su cercanía con Cuba.