
Foto: Captura de pantalla
El conjunto habitacional Villas Panamericanas fue adquirido por el empresario Jaime Moreno Cardeña, ligado a políticos morenistas de Jalisco.
En Jalisco, el escándalo por el aseguramiento de 546 departamentos de las Villas Panamericanas ha puesto en evidencia una red de intereses políticos y empresariales ligada a Morena.
Al centro del entramado aparece Jaime Moreno Cardeña, señalado como el artífice de un fraude millonario contra el Fondo Jalisco de Fomento Empresarial (Fojal), mediante un esquema de triangulación de recursos que derivó en la apropiación de más de 250 departamentos valuados en alrededor de mil 500 millones de pesos.
La investigación de la Fiscalía del Estado reveló cómo Moreno, a través de empresas fachada, desvió recursos públicos que debían destinarse a pequeñas y medianas empresas.
Con apenas 50 millones de pesos invertidos, el operador financiero logró quedarse con propiedades en el complejo habitacional conocido como Conjunto Avaterra, un negocio inmobiliario que marca uno de los mayores fraudes recientes en la entidad.
Pero Moreno no actuó en solitario ni se movió en un terreno aislado. Su figura está estrechamente vinculada a líderes de Morena en Jalisco.
Uno de ellos es Carlos Lomelí Bolaños, actual senador, quien además de su trayectoria política ha consolidado una faceta como empresario urbanizador. Lomelí es propietario de torres residenciales en la exclusiva zona de Andares, lo que lo ubica como un actor relevante en el negocio inmobiliario tapatío.
Su cercanía con Moreno refuerza la tesis de que detrás del desfalco al Fojal hay más que un interés individual: existe una red que conecta a políticos y desarrolladores.
En esta misma red aparece José María “Chema” Martínez, hoy regidor en Guadalajara por Morena. Diversos testimonios señalan que el arranque de su campaña a la alcaldía en 2024 contó con el respaldo financiero de Jaime Moreno, lo que confirma la forma en que los recursos de origen público pudieron haberse canalizado para fines políticos.
El caso de Villas Panamericanas refleja cómo se entrelazan los negocios inmobiliarios con las estructuras partidistas.
Por un lado, un operador financiero que utiliza recursos estatales para adueñarse de un complejo habitacional; por otro, líderes políticos que no solo participan en las decisiones públicas, sino que también figuran como desarrolladores en zonas de alta plusvalía.
La Fiscalía de Jalisco dio a conocer el aseguramiento del inmueble como parte de la lucha contra la corrupción. Sin embargo, más allá de las acciones judiciales, el caso deja al descubierto la existencia de un “cártel inmobiliario” en Jalisco, encabezado por actores ligados a Morena, que supieron moverse entre la política, el financiamiento público y la especulación urbana.
Lo que comenzó como un escándalo por el fraude al Fojal se ha transformado en un espejo que refleja la manera en que el poder político y negocios inmobiliarios se fusionan, con un costo millonario para el Estado y un impacto directo en la confianza ciudadana.