
Foto: Cuartoscuro
El exministro José Ramón Cossío Díaz alertó que la reforma a la Ley de Amparo constituye un retroceso histórico y refuerza a las autoridades.
La reforma a la Ley de Amparo impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum constituye un retroceso histórico y al mismo tiempo un empoderamiento a las autoridades, advirtió el ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz.
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En entrevista para Político MX, señaló que uno de los puntos más graves es la modificación a las suspensiones, mecanismo que hasta hoy permite frenar actos de autoridad para evitar daños irreparables mientras se resuelve el juicio.
“Si una persona está pidiendo una suspensión para que no acontezcan determinadas cosas y la respuesta que se le da es no, espérese a que la sentencia se dicte, cuando la sentencia se dicte es muy probable que ya le hayan tirado su casa, que ya le hayan confiscado y vendido los bienes. Es muy probable que le hayan pasado cosas que después es muy difícil que tengan una adecuada restitución”, advirtió.
Además, la reforma fortalece la posición del Estado frente a los ciudadanos: se reducen sanciones a autoridades que incumplan sentencias y se bloquea la suspensión en áreas estratégicas.
“Se han disminuido las sanciones que se les pueden imponer a las autoridades por el incumplimiento de las sentencias. Es una serie de medidas que están reforzando a las autoridades frente a los particulares”, apuntó.
En el caso de telecomunicaciones, quienes tengan permisos o concesiones en radio y televisión ya no podrán frenar mediante suspensión la cancelación o modificación de sus licencias. Lo mismo sucederá con los créditos fiscales, donde los contribuyentes tendrán cada vez menos defensas para evitar embargos o ejecuciones mientras litigan.
“Los titulares de permisos, concesiones o licencias en telecomunicaciones ya no van a tener suspensión. Y las personas a las que se les hayan establecido créditos fiscales van a tener posibilidades muy menores para poderse defender. Ahí está el gran problema”, explicó.
Cossío ejemplificó que bajo estas nuevas reglas, ninguna obra de gran impacto podría detenerse por la vía de la suspensión, como sucedió con el Tren Maya.
“Si esa obra se estuviera construyendo en la época de esta reforma, no habría poder jurídico que pudiera detenerla, porque de inmediato el juez diría: no tienes un interés, no tienes una lesión específica hacia tu persona”, sostuvo.
Añadió que lo mismo ocurriría con otras obras emblemáticas del actual gobierno, como el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, la refinería de Dos Bocas o el Corredor Interoceánico.
“La respuesta sería: no me diga usted que eso es un motivo suficiente para suspender la obra, porque no encuentro en qué parte o de qué manera a usted en lo individual se le puede producir una lesión. La idea es tan simple como decir: cuando usted me demuestre que lo que van a tirar es su casa, que lo que van a afectar es su predio, entonces sí se lo concedo”, puntualizó.
El ministro en retiro agregó que la propuesta acota severamente el interés legítimo, figura que permitía a la sociedad interponer amparos en defensa de bienes colectivos como el medio ambiente o la salud pública.
“En lugar de tener un interés legítimo abierto, lo que se está exigiendo es que esa persona demuestre que tiene una condición específica en el derecho, una condición muy parecida a la que existió en el pasado con el interés jurídico. Este me parece que es uno de los retrocesos más grandes”, subrayó.
“Si alguien pretende ir a un juicio de amparo y decir, por ejemplo, que tal construcción puede tener una afectación sobre bienes comunes, la respuesta va a ser: usted no puede promover aquí el juicio de amparo, porque no está demostrando que eso le cause a usted en lo individual una lesión. Al haber exigido este requisito tan específico, estás elevando la necesidad de demostrar la afectación y muy poca gente va a poder hacerlo”, remarcó.
Cossío también vinculó la reforma de Sheinbaum con la visión del expresidente Andrés Manuel López Obrador. “El expresidente López Obrador, por el tiempo en que se formó y perteneció al PRI, se quedó con la idea de que los países salían adelante con un concepto que se llamó el desarrollismo: hagamos todas las presas, hagamos todas las carreteras, hagamos todo lo que tengamos que hacer y no importa lo que destruyamos. En ese momento no existía el concepto de medio ambiente”, señaló.
Cossío subrayó que este rediseño legal implica un claro retroceso: “No es que el amparo vaya a desaparecer, pero sí lo que estamos viendo es un retroceso importante con respecto a lo que se había logrado en los últimos 20 o 30 años, que fueron esplendorosos en cuanto al desarrollo de las doctrinas que le permitían a los particulares defenderse en contra de las autoridades”.
Finalmente, recalcó que la ciudadanía quedará debilitada frente al poder del Estado. “Estamos frente a un regreso al amparo del siglo XIX, donde sólo se protegía a individuos concretos que pudieran acreditar un daño directo. Esto significa una brutal restricción para la ciudadanía y una legalidad muy amplia para los actos de autoridad”, concluyó.
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