
Foto: Cuartoscuro
El expresidente López Obrador aconsejó a sus hijos a vivir una vida recta, pero los escándalos que los rodean parecen contradecir esa narrativa.
En 2016, el entonces líder opositor y hoy expresidente, Andrés Manuel López Obrador, hizo pública una decisión personal y una serie de consejos a sus hijos: heredó en vida la finca familiar La Chingada y les dejó un legado basado en la austeridad y el desapego a lo material.
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Sin embargo, a casi una década de distancia, el estilo de vida de sus hijos ha sido duramente cuestionado por la opinión pública. Varios escándalos de lujos, derroches y presuntos conflictos de interés contrastan directamente con las enseñanzas de su padre y el discurso de austeridad promovido por el gobierno de la Cuarta Transformación.
En un artículo titulado “Posdata Palencana”, publicado en el diario Reforma, López Obrador narró cómo distribuyó su patrimonio entre sus cuatro hijos, indicando que la mayor parte le tocaría a Jesús Ernesto, su hijo menor, decisión que fue respaldada por el resto de los hermanos.
“Cuando les informé a mis hijos grandes que al ‘Jueche’ le quedaría la casa de sus abuelos, porque no había recibido nada, ninguno se disgustó, son buenos de verdad", expresó el mandatario.
A los cuatro les aconsejó no priorizar lo material para no ser infelices.
“Aquí sostengo que el mejor consejo y la enseñanza mayor que uno puede dar a los seres queridos es la del desinterés por lo material, porque muchas veces la infelicidad se produce por la ambición al dinero”, indicó el exmandatario.
En el escrito destacó su orgullo por tener hijos honestos, a quienes les inculcó vivir rectamente y amar al prójimo.
“La satisfacción más grande que uno puede tener mientras exista, es contar con hijos honestos, que hagan de su vida una línea recta y lleven a la práctica sentimientos sinceros de amor al prójimo, en especial, a los débiles, pobres y humillados”, resaltó.
A pesar de las enseñanzas, al menos tres de los hijos del expresidente han sido expuestos por sus costosos estilos de vida, generando controversia y acusaciones.
Los escándalos de José Ramón, Andrés Manuel (“Andy”) y Gonzalo López Beltrán han puesto a los tres en la mira de la opinión pública.
Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena, protagonizó uno de los escándalos más recientes por sus vacaciones en Tokio, Japón, contradiciendo las enseñanzas de su papá y el discurso de austeridad de la 4T.
A mediados de 2025, se revelaron las facturas de la estancia de López Beltrán en el exclusivo hotel The Okura.
Los gastos, que incluyeron servicios de spa, lavandería, consumo de minibar y una cena particularmente costosa, ascendieron a más de 178 mil pesos mexicanos.
Debido a las críticas, López Beltrán justificó su viaje debido a las “extenuantes jornadas de trabajo” en Morena.
Además aseguró ser objeto de una campaña de desprestigio por parte de sus enemigos políticos y dejó claro que el viaje lo pagó con sus propios recursos.
Después, se dio a conocer que López Beltrán compró un cuadro de la artista conceptual japonesa Yayoi Kusama, con un valor de medio millón de pesos, según reveló Latinus. El cuadro, según el medio, fue comprado en marzo de 2024.
El hijo mayor de López Obrador, José Ramón López Beltrán, tampoco siguió las enseñanzas del padre, pues en 2022 se reveló que él y su esposa, Carolyn Adams, vivían en una lujosa mansión apodada la “Casa Gris”, propiedad de un alto ejecutivo de la petrolera Baker Hughes.
El escándalo se detonó debido a que Baker Hughes era una empresa que mantenía contratos millonarios con Pemex, lo que sugirió un grave conflicto de interés y posible tráfico de influencias.
José Ramón negó las irregularidades y argumentó que la casa fue rentada y que él no es servidor público.
Años más tarde, a mediados de este 2025, el mayor de los hijos de AMLO fue captado vacacionando en un exclusivo resort propiedad del empresario Daniel Chávez, que fue beneficiado con contratos en el pasado sexenio.
Gonzalo Alfonso López Beltrán, mejor conocido como ‘Bobby’, ha mantenido un perfil más discreto, pero también se ha visto envuelto en dos temas de gran calado político.
En días pasados, Gonzalo y su hermano Andrés Manuel fueron incluidos en el trámite de amparos contra una posible orden de aprehensión o detención.
Dichos recursos estarían relacionados con una investigación sobre presunto “huachicol fiscal” que involucra a redes de exfuncionarios y marinos.
Ambos rechazaron haber solicitado los amparos, calificando este hecho como un “montaje” para dañar su imagen.
Gonzalo Alfonso también fue señalado por presunto tráfico de influencias en el suministro de materiales, como el balasto, para el Tren Maya, lo que habría significado un negocio millonario para terceros cercanos a la familia.
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Los hermanos López Beltrán, quienes también son socios de la empresa Chocolates Rocío, han negado cualquier acto de corrupción o tráfico de influencias, insistiendo en que las revelaciones carecen de pruebas y solo buscan perjudicar su reputación.