
Foto: Cuartoscuro
Godoy fue designada por el Senado como fiscal General de la República tras la salida de Alejandro Gertz Manero.

Desde la salida de Alejandro Gertz Manero de la FGR, el nombre de Ernestina Godoy acaparó el reflector público, pues se perfilaba para convertirse en la primera fiscal general de la República, hecho que se consolidó este miércoles con el aval del Senado de la República.
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La trayectoria de Godoy Ramos, a quien la presidenta Claudia Sheinbaum ha descrito como una mujer “de principios, honesta, de muchas convicciones”, se ha visto rodeada de controversias que ahora han vuelto al centro del debate.
Ernestina Godoy Ramos es una abogada con larga trayectoria en el ámbito público y militante histórica de la izquierda capitalina. Fue diputada local y federal, activista en temas de derechos humanos y transparencia, y posteriormente se convirtió en una figura clave dentro del proyecto político de la llamada Cuarta Transformación.
En 2018 fue nombrada titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, donde impulsó cambios estructurales y consolidó investigaciones emblemáticas, lo que la proyectó como una de las funcionarias de mayor peso en el círculo cercano al gobierno capitalino. Su perfil, sin embargo, ha venido acompañado de controversias derivadas tanto de decisiones internas en la Fiscalía como de señalamientos de opositores, lo que ha colocado su nombre en el centro de varias polémicas recientes.

Durante su gestión como titular de la Fiscalía de la CDMX, Ernestina Godoy impulsó una investigación contra el llamado “Cártel Inmobiliario”, una red de corrupción inmobiliaria con sede en la alcaldía Benito Juárez, e integrado por funcionarios y políticos de extracción panista
Durante este proceso se aseguraron varios inmuebles, que según la acusación, habían sido obtenidos de forma irregular a través de sobreconstrucciones y violaciones a normas de ordenamiento territorial.
Por estas irregularidades, fueron detenidos varios exfuncionarios, entre ellos Christian Von Roehrich, exdelegado de Benito Juárez, Luis Vizcaíno Carmona, exdirector general Jurídico y de Gobierno en la alcaldía Benito Juárez y Nicias René Aridjis, exdirector general de Obras y Desarrollo Urbano en la demarcación.

Otros políticos panistas presuntamente involucrados fueron el actual líder nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, y el exedil de Benito Juárez, Santiago Taboada, quienes en su momento alegaron que este caso se trató de un montaje por parte de Godoy.
Este episodio le costó la no ratificación de su cargo al frente de la Fiscalía capitalina en 2024, pues la bancada opositora (PAN y PRI) votó en su contra en el Congreso de la CDMX.
Otra polémica que marcó la gestión de Godoy como fiscal de la CDMX fue su inclusión en el caso de su antecesor en la FGR, Alejandro Gertz Manero, en contra de su excuñada Laura Morán y su hija Alejandra Cuevas Morán, acusadas de la muerte de Federico Gertz Manero, hermano del entonces fiscal general.
En 2020, la Fiscalía de CDMX emitió órdenes de aprehensión contra Cuevas Morán y su madre, pese a que en dos ocasiones anteriores la procuraduría capitalina había determinado el no ejercicio de la acción penal.

Tras una prolongada batalla legal de más de 500 días en prisión, en marzo de 2022, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concedió un amparo a Cuevas y a su madre, determinando que la orden de arresto contra ellas era inconstitucional, por lo que se ordenó su libertad.
Este episodio alimentó la acusación de que la Fiscalía de CDMX pudo haber operado bajo influencias políticas, en particular, por la relación de las acusadas con Gertz, lo que puso en duda la imparcialidad del Ministerio Público capitalino.
Ernestina Godoy jugó un papel clave en la investigación sobre el feminicidio de Ariadna Fernanda López Díaz, joven cuyo cadáver fue encontrado en 2022 en Morelos, tras ser reportada como desaparecida en la Ciudad de México.
La versión inicial de la Fiscalía de Morelos, encabezada por Uriel Carmona, fue que la muerte de a joven se debía a “una intoxicación alcohólica y broncoaspiración”, descartando un feminicidio.

Sin embargo, la Fiscalía de la Ciudad de México, bajo el mando de Godoy Ramos, reabrió la investigación y tras nuevos peritajes, se concluyó que Ariadna Fernanda fue víctima de feminicidio tras sufrir un “múltiples traumatismos”, versión que contradecía la narración original del fiscal morelense.
Esa contradicción detonó una guerra institucional entre ambas fiscalías.
La designación de Ernestina Godoy como titular de la Fiscalía General de la República marca uno de los movimientos más relevantes dentro del sistema de procuración de justicia en el país.
Su llegada ocurre, luego de que a la salida de Gertz fue nombrada encargada de despacho mientras avanzaba el proceso formal para definir la titularidad de la FGR.
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Su perfil, estrechamente vinculado al proyecto político de la Cuarta Transformación, la colocó desde un inicio entre las figuras con mayor respaldo dentro del gobierno federal para asumir el cargo, especialmente después de su papel como consejera Jurídica de la Presidencia y su experiencia al frente de la Fiscalía capitalina.
En este nuevo escenario, su designación al frente de la FGR no solo redefine el rumbo de la institución, sino que abre un nuevo capítulo en la discusión sobre la autonomía, el alcance y el papel de la procuración de justicia en el país.

Sin embargo, tras rendir protesta, Ernestina Godoy difundió un extenso mensaje en el que delineó su visión al frente de la Fiscalía General de la República.
En él, sostuvo que la calidad democrática de la procuración de justicia se mide por su capacidad de combatir la impunidad sin vulnerar derechos humanos, y subrayó que el combate a la corrupción exige coordinación institucional en los tres órdenes de gobierno.
Además Godoy enumeró una serie de ejes que, aseguró, guiarán su gestión: investigación científica, perspectiva de género, atención integral a víctimas, cero tolerancia a la tortura, profesionalización del personal y transparencia.
Afirmó recibir el respaldo social como un “mandato” y prometió una Fiscalía moderna, autónoma y centrada en las víctimas, rematando con su ya reiterada frase: “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”.