(VIDEO) Bomba que explotó en Michoacán venía oculta en cargamento de plátanos

Camuflada bajo un cargamento de plátanos en la batea de una camioneta, así fue transportada la bomba que tenía como destino el cuartel de la policía comunitaria de Coahuayana, en Michoacán.

Un video revelado por El Universal exhibe el traslado del artefacto. Las cámaras de seguridad captaron el momento exacto en el que una Dodge Ram negra cruza las calles, ocultando el artefacto explosivo bajo la fruta para evadir cualquier sospecha antes del ataque.

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Coche bomba en Michoacán: ¿cómo fue el traslado del artefacto explosivo?

En conferencia de prensa, Carlos Torres Piña, titular de la Fiscalía General del Estado, dio a conocer que el vehículo implicado fue rastreado mediante cámaras de videovigilancia. Se determinó que ingresó a Michoacán a través de la carretera federal 200 (Manzanillo-Lázaro Cárdenas) y llegó al poblado San Vicente a las 8:35 horas, donde permaneció hasta las 9:30 horas, antes de dirigirse a la zona centro de Coahuayana.

La explosión de la unidad ocurrió sobre la calle Allende, justo enfrente de la base de la policía comunitaria, generando una onda expansiva con un radio estimado de 300 metros.

El vehículo, un aparente “coche bomba”, explotó al mediodía, convirtiéndose en un ataque directo y premeditado contra las instalaciones y el personal de seguridad local. El acto criminal dejó 5 muertos y 7 heridos.

Las autoridades estatales y federales iniciaron las investigaciones para determinar la autoría y las motivaciones detrás del atentado, el cual ha generado consternación y alarma en la población.

El uso de explosivos improvisados en un vehículo, sumado al saldo de víctimas fatales, pone en evidencia el desafío de seguridad que enfrenta el estado ante la embestida del crimen organizado.

El debate en torno al “terrorismo” en México

El ataque con el coche bomba en Coahuayana desató un intenso debate sobre la aplicación del delito de terrorismo en la legislación mexicana, un concepto que el gobierno federal ha evitado consistentemente en el contexto de la violencia del crimen organizado.

Inicialmente, la Fiscalía General de la República (FGR) abrió una carpeta de investigación bajo este delito a través de su Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo; sin embargo, horas después la dependencia rectificó y anunció que el caso sería investigado por delincuencia organizada.

Esta situación provocó un posicionamiento de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien solicitó a la FGR explicar la reclasificación del delito.

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La presión internacional, particularmente de Donald Trump, que ha catalogado a los cárteles como organizaciones terroristas, aumenta el escrutinio sobre cómo el gobierno mexicano tipifica y combate estos actos de violencia.

La reclasificación podría evitar despertar alarmas, especialmente de cara a eventos internacionales como la celebración de la Copa del Mundo 2026.

De acuerdo con el Código Penal Federal, en el artículo 139, se contempla como terrorismo los casos en los que se realicen actos en contra de bienes o servicios públicos o privados, así como contra la integridad física, emocional o la vida de personas “que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un particular”.

En la comisión de estos delitos se establecen penas de 15 a 40 años de cárcel y una multa de 400 a 200 Unidades de Medida y Actualización diarias; de 5 a 15 años y de 200 a 600 días de multa a quienes amenacen con cometer terrorismo y uno a 9 años de prisión y cien días de multa a quien encubra estos hechos.

Por ello se ha alegado si debe ser considerado como un acto de terrorismo, especialmente por ser un ataque directo a la policía comunitaria.