LOS LÍDERES DE LA POLÍTICA

Nacional

CJNG, un imperio en expansión que teje alianzas con herederos de viejas dinastías del narco

Para las autoridades de EUA, el CJNG es una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo

La comunidad del Aguaje, municipio de Aguililla, Michoacán, es considerado un pueblo fantasma debido a la guerra que se disputa entre cárteles, entre los que se encuentran Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos.

Foto: Cuartoscuro

Salvador Maceda

Salvador Maceda

Publicada: dic 13 a las 08:00, 2025

El Cártel Jalisco Nueva Generación no solo disputa el control del negocio de las drogas en México. Hoy es presentado por autoridades mexicanas y de Estados Unidos como uno de los grupos criminales más violentos, con presencia en casi todo el país, redes en más de cuarenta naciones y un papel central en el tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense.

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A esa capacidad de expansión se suma un pacto que rompe con la lógica tradicional de los bandos enemigos. Investigaciones recientes describen una alianza operativa entre el CJNG y la facción de los Chapitos del Cártel de Sinaloa, una sociedad táctica que busca proteger el liderazgo heredero de El Chapo, contener a la Mayiza y reacomodar el mapa criminal en Sinaloa y en la frontera norte.

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Foto: Cuartoscuro

El génesis

El CJNG nació de las ruinas del Cártel del Milenio y de la estructura que Ignacio Coronel, Nacho Coronel, construyó como brazo del Cártel de Sinaloa en Jalisco y Colima. Tras la muerte de Coronel y la captura de Óscar Orlando Nava Valencia, El Lobo, la organización se fracturó en dos bandos.

De uno de ellos, Los Torcidos, surgió el grupo que hoy se conoce como Cártel Jalisco Nueva Generación bajo el mando del expolicía Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, acompañado por socios como Erick Valencia, El 85, y Martín Arzola, El 53.

Desde sus primeros años el CJNG eligió el camino de la violencia extrema. Operó bajo la marca de “Los Matazetas” para disputarle el terreno a Los Zetas en Veracruz y se atribuyó masacres como el asesinato de decenas de personas cuyos cuerpos fueron abandonados en vía pública. Más adelante emboscó y mató a quince policías en Jalisco, derribó un helicóptero militar y se colocó como el grupo que se atrevió a desafiar de frente al Estado con armas de uso militar.

Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho

Foto: Especial

La radiografía interna del cártel muestra un imperio en expansión. El CJNG tiene presencia en 27 estados del país y domina más territorio que cualquier otra organización delictiva. Sus actividades abarcan homicidios, atentados contra periodistas y funcionarios, control de rutas migratorias y trata de migrantes, secuestro, trata de personas, robo de combustible, tráfico de armas, lavado de dinero, extorsión y cobro de piso. Pero el corazón de su negocio está en el tráfico de fentanilo, metanfetaminas, marihuana, cocaína y heroína.

El cártel es el actor criminal dominante en Jalisco, Nayarit y Colima, con fuerte presencia en el puerto de Manzanillo, así como en Veracruz y en la franja central de Guanajuato, Puebla, Querétaro e Hidalgo. También disputa con otros grupos zonas estratégicas como la Riviera Maya, las fronteras de Tijuana y Ciudad Juárez y la región de Tierra Caliente en Michoacán, Guerrero y el Estado de México.

La proyección global del fentanilo

El mapa de áreas de dominio que presenta la DEA en la “Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2025”, coloca al Jalisco Nueva Generación como una de las organizaciones más influyentes y despiadadas de México y lo describe como proveedor clave de fentanilo ilícito para el mercado estadounidense, con presencia en más de 40 países y redes de distribución que alcanzan casi todos los estados de Estados Unidos.

Los documentos de análisis criminal detallan que el cártel opera laboratorios clandestinos en México donde fabrica fentanilo, metanfetaminas y cocaína, y que utiliza una estructura tipo franquicia para asociarse con organizaciones locales que distribuyen el producto al menudeo. Esa estructura se apoya en cadenas de suministro de precursores químicos provenientes principalmente de China e India, en alianzas con grupos de Centro y Sudamérica y en redes de lavado de dinero que incluyen transferencias a través de empresas fachada, criptomonedas y operadores financieros chinos.

La cifra es demoledora. La DEA estima que el CJNG cuenta con 18 mil 800 miembros asociados, facilitadores y corredores afiliados en más de cien países. La organización opera en Europa, Asia, Oceanía, América Central, América del Sur, Canadá y Estados Unidos, donde encuentra a su principal cliente.

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Foto: Cuartoscuro

De enemigos a socios tácticos

Durante años, las crónicas periodísticas describían al CJNG y al Cártel de Sinaloa como enemigos irreconciliables. Los perfiles históricos recuerdan incluso que el CJNG llegó a secuestrar a dos hijos de “El Chapo Guzmán” en plena guerra. Sin embargo, las investigaciones más recientes de especialistas en crimen organizado relatan un giro que rompe esos esquemas.

A finales del año pasado comenzó a circular en redes un video de un grupo armado que se presentó como Fuerzas Especiales Unión. Al cierre del mensaje, los hombres en armas juraban lealtad a “El Mencho” y, al mismo tiempo, a Iván Archivaldo Guzmán, figura central de “Los Chapitos” y uno de los herederos del liderazgo en Sinaloa.

Cártel Sinaloa y CJNG

Foto: Especial

Detrás de ese gesto propagandístico hay, una alianza regional que se teje con la participación de un mando de alto rango del CJNG conocido como El Jardinero, señalado como mano derecha de “El Mencho”. Este operador habría acordado proteger la estructura de liderazgo que queda entre los “Chapitos” y enviar apoyo para defender sus bases en Sinaloa frente a los ataques de “Los Mayos” y las facciones aliadas con ellos.

La alianza, que inició como una tabla de salvación para el grupo de Iván y Jesús Alfredo Guzmán, se ha extendido hacia la frontera, en particular al municipio de Mexicali, un corredor clave para el tráfico de drogas y armas. En esa franja se concentran ahora operaciones contra “Los Rusos”, el brazo armado más visible de “Los Mayos” en la región.

Este movimiento confirma lo que la editora general de “InSight Crime”, Deborah Bonello, y el investigador senior, Parker Asmann, han documentado. Más que corporaciones verticales y rígidas, los cárteles mexicanos se comportan como redes familiares y de clan que privilegian el pragmatismo de negocios por encima de las lealtades ideológicas. Funcionan como franquicias que se adaptan a las correlaciones de fuerza locales, tejidas con alianzas fluidas y temporales. La relación CJNG–Chapitos encaja en esa lógica y cuestiona la visión de bandos fijos que suele presentar el discurso oficial.

“La Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2025” de la DEA advierte que el CJNG podría capitalizar la guerra interna entre Los Mayos y Los Chapitos y elegir abiertamente el bando de estos últimos. Ese acercamiento permitiría ampliar territorios, recursos, poder de fuego y acceso a funcionarios corruptos, con un impacto directo en el flujo de drogas hacia el norte y de armas hacia el sur, y en la correlación de fuerzas frente a otros grupos como el Cártel del Golfo o la Nueva Familia Michoacana.

El músculo financiero

En la cúspide del aparato financiero del cártel se encuentra la red de “Los Cuinis”, encabezada por familiares de “El Mencho” y señalada como responsable de gran parte de las finanzas y del lavado de dinero del grupo.

Esta facción maneja un portafolio diversificado de operaciones que incluye empresas legales, comercio internacional y esquemas complejos de lavado que utilizan redes de lavado chinas, criptomonedas, empresas pantalla y contrabando de efectivo para repatriar recursos ilícitos a México.

El CJNG complementa esa maquinaria con control social y propaganda. Ha distribuido juguetes y víveres en comunidades pobres de Veracruz y Guadalajara, busca presentarse como grupo que protege a la población frente a otros cárteles y aprovecha la ausencia del Estado para reblandecer los cimientos de instituciones, corporaciones, comercios y hogares.

Golpean a la estructura, pero el imperio se mantiene

En la cúspide del Cártel Jalisco Nueva Generación aparece Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, El Mencho.

Es el cofundador y líder actual del grupo, con varias acusaciones federales en su contra en Estados Unidos y una recompensa de hasta quince millones de dólares para quien aporte información que lleve a su captura. Permanece prófugo tanto para las autoridades mexicanas como para las estadounidenses y es considerado uno de los objetivos prioritarios de ambos gobiernos.

A su lado creció la figura de su hijo Rubén Oseguera González, El Menchito, descrito en expedientes del Departamento de Justicia de la unión americana como cofundador y segundo al mando del CJNG. Fue extraditado a Estados Unidos y en marzo de 2025 un tribunal federal lo condenó a cadena perpetua más 30 años de prisión por conspiración para traficar cocaína y metanfetamina hacia territorio estadounidense y por su papel en ataques armados que incluyeron el derribo de un helicóptero militar en Jalisco. Hoy está recluido en la prisión de máxima seguridad ADX Florence en Colorado.

El corazón financiero del cártel operó bajo la marca de Los Cuinis, manejado por los hermanos González Valencia, cuñados de El Mencho. Documentos del Departamento de Justicia detallan que José González Valencia, Chepa, fue uno de los cofundadores de Los Cuinis y pieza central en el tráfico de toneladas de cocaína y en el lavado de dinero para el CJNG. En junio de 2025 fue sentenciado a 30 años de prisión en Washington por conspiración internacional de narcotráfico.

Su hermano Gerardo González Valencia, también líder del brazo financiero, recibió una condena de prisión de por vida por coordinar durante más de una década envíos masivos de cocaína a Estados Unidos.

El tercer hermano, Abigael González Valencia, Cuini, identificado como líder de Los Cuinis y aliado directo de El Mencho, fue detenido en México y finalmente extraditado en agosto de dos mil veinticinco a Estados Unidos, donde enfrenta un proceso federal y permanece bajo custodia.

El Cuini

Foto: X Ángel Hernández Díaz

La lista de operadores del círculo cercano encarcelados se completa con el yerno de El Mencho, Cristian Fernando Gutiérrez Ochoa, El Gaucho. La propia DEA lo presenta como un alto jefe del CJNG dedicado a lavar recursos del cártel mediante empresas fachada, bienes raíces y transferencias internacionales. En junio de 2025 se declaró culpable de conspiración de lavado de dinero internacional en una corte federal de Estados Unidos y quedó a la espera de sentencia.

Mientras el jefe máximo del CJNG sigue en fuga, una parte relevante de la cúpula ya está tras las rejas en penales de máxima seguridad de Estados Unidos. Los documentos oficiales dibujan un cártel que combina un liderazgo familiar encabezado por El Mencho con un anillo de hijos, cuñados y socios financieros que hoy purgan condenas de décadas o cadena perpetua, sin que eso haya desarticulado por completo la maquinaria criminal que dejaron en marcha. Es una organización que pese a las bajas no pierde su poderío.

Una amenaza que rebasa fronteras

La propia evaluación de amenazas de la DEA sitúa al CJNG, junto con el Cártel de Sinaloa, en el centro de la crisis de sobredosis por fentanilo que ha matado a decenas de miles de personas en Estados Unidos en un solo año.

A pesar de una ligera reducción reciente en las muertes, la agencia habla de una ofensiva sin precedentes de los cárteles que han transformado el mercado de las drogas en Norteamérica y han obligado al gobierno estadounidense a designar a estas organizaciones como entidades terroristas extranjeras.

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Mientras tanto, desde México se acuñan frases como abrazos no balazos, pero en la práctica el país sigue siendo visto por los vecinos del norte como refugio seguro de capos a quienes nadie detiene y nadie combate. Ese vacío de acción tiene herida de muerte la economía mexicana porque permite que Jalisco Nueva Generación actúe con impunidad y se coloquen en el centro de la disputa diplomática con Washington.