
Foto: Cuartoscuro
Pese al avance de la derecha en América Latina, los grupos conservadores mexicanos no cuentan con una base sólida de apoyo.

Pese al reciente avance del conservadurismo en América Latina, las agrupaciones de derecha en México enfrentan dificultades para alcanzar el registro oficial ante el Instituto Nacional Electoral (INE) como partido político.
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De acuerdo con un reportaje de Milenio, hasta el último corte del 16 de diciembre, las cinco principales organizaciones que aspiran a convertirse en institutos políticos nacionales suman un total de 588 mil afiliados.
No obstante, esta cifra no se ha traducido en capacidad de movilización, pues estos grupos se encuentran fragmentados y dispersos en diversos intereses.

Para obtener el aval del INE y competir en las elecciones 2027, cada agrupación debe certificar al menos 256 mil 30 militantes, cifra que equivale al 0.26% del Padrón Electoral Federal.
El plazo para cumplir con este y otros requisitos legales vence el 27 de febrero de 2026.
Actualmente, el avance de las organizaciones se encuentra de la siguiente manera:

De no alcanzar el registro como partidos políticos, estas organizaciones y sus principales liderazgos tendrán que recurrir a las candidaturas independientes o negociar su integración a partidos como PAN, PRI o Movimiento Ciudadano para poder competir en las próximas elecciones intermedias.
En meses recientes, además de las agrupaciones antes mencionadas, han surgido otras, que si bien aún no buscan su registro como partido o se identifican abiertamente con la derecha, sí pretenden participar activamente en la política en fechas próximas.
Una de estas organizaciones es ‘El Movimiento Independiente del Sombrero’, fundado en Uruapan, Michoacán, y que ha cobrado relevancia tras el asesinato de su líder, el exalcalde Carlos Manzo.
Este movimiento incluso solicitó el registro de su mote ante el IMPI.

Otro movimiento es ‘Vértice MX’, ideado por el expresidente de México, Vicente Fox, para regresar activamente a la vida política como una vía ciudadana alejada de los partidos.