
Foto: Cuartoscuro
Medios extranjeros, funcionarios estadounidenses y opositores han señalado a Morena de estar ligados al crimen.
Con poco más de 10 años de existencia, Morena ha logrado cambiar el mapa político, teniendo hoy en día la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso y 24 gubernaturas.
El dominio del partido guinda vino de la mano de su fundador, Andrés Manuel López Obrador, quien para muchos cambió el rumbo político del país en 2018 con su victoria electoral.
Y años más tarde fue también ganando terreno en estados, municipios y el Congreso.
Sin embargo, el poder que tiene la 4T no ha escapado del escrutinio público, con opositores manifestando su preocupación por la falta de contrapesos y acusando al movimiento político de tener vínculos con el crimen organizado.
Este último tema ha causado polémica en medio de las tensiones con el gobierno de Donald Trump, quien quiere acabar con el tráfico de fentanilo y desmantelar a los cárteles mexicanos. Es por esto que los señalamientos de una presunta colusión entre Morena y el narco han trascendido fronteras.
En el contexto de las amenazas arancelarias de Trump, la Casa Blanca emitió un comunicado el sábado 1 de febrero acusando al Gobierno de México de tener vínculos con asociaciones delictivas.
Este escrito se publicó el día en el que se iban a aplicar tarifas a exportaciones mexicanas, medida que se aplazó un mes después de una negociación entre autoridades mexicanas y norteamericanas.
“Las organizaciones mexicanas de narcotráfico tienen una alianza intolerable con el gobierno de México. El gobierno de México ha posibilitado refugios seguros a cárteles para que puedan producir y transportar narcóticos peligrosos”, indicó la Casa Blanca.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó al comunicado y tildó las acusaciones como “calumnias”, haciendo énfasis en la complicidad de armadoras estadounidenses para el tráfico de armas del que se benefician grupos criminales.
El año pasado, el secretario de Estado de EUA, Marco Rubio, señaló al expresidente Andrés Manuel López Obrador de “entregar” al país a narcotraficantes.
Las declaraciones las hizo Rubio en una entrevista para Telemundo previo a ejercer el cargo de secretario de Estado.
“El territorio nacional se lo ha entregado a estos narcotraficantes que controlan esas áreas. Eso a nosotros nos importa porque estamos viendo las consecuencias de esa violencia, de esa criminalidad entrando a nuestra frontera y a nuestro país”, expuso el republicano.
Vicente Fox, expresidente de México, se sumó a los señalamientos de Rubio y agregó que la designación de cárteles como organizaciones terroristas es responsabilidad de López Obrador por dejar de combatir al crimen, pues acusó, que supuestamente había una alianza.
“En nuestro país abandonamos la lucha contra el crimen en esta administración anterior. Decidimos que era mejor dar abrazos y aliarse con el crimen, como lo hizo el presidente anterior”, dijo.
Otra opositora que se ha lanzado en contra de Morena y AMLO es Lilly Téllez, la polémica senadora del PAN.
En numerosas ocasiones, ha mencionado que el partido guinda ha consolidado un “narcoestado”.
En el pasado se refirió a López Obrador como “narcopresidente”, asociándolo con la Santa Muerte. Actualmente, con la presidencia de Claudia Sheinbaum, la panista no ha bajado de tono y ha continuado con sus ataques.
Con la reciente disputa entre Sheinbaum y Trump para frenar los aranceles, Téllez hizo alusión a los dichos de Rubio y dijo: “Morena ha quedado completamente exhibido en su asociación y su colusión con el crimen organizado. Desde aquí le digo a la presidenta Sheinbaum: proceda contra el ‘narcopacto’, porque por su culpa, tiene México encima la amenaza de la guillotina de los ‘narcoaranceles’”
La prensa extranjera realizó trabajos de investigación en el sexenio pasado que apuntaban a que colaboradores y cercanos a Andrés Manuel López Obrador presuntamente habrían recibido recursos del crimen organizado para su campaña presidencial del 2006.
Un trabajo del periodista Tim Golden para ProPublica publicado el pasado mes de julio, vincula a varios miembros de su equipo de campaña del 2006 por supuesta corrupción y financiamiento por parte de asociaciones delictivas.
En la investigación citada, incluso se destaca que la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) llevó a cabo una indagatoria sobre este asunto, que tuvo que cerrarse eventualmente.
The New York Times fue otro medio estadounidense que vinculó a asesores y cercanos de AMLO con actividades ilícitas, pues según una investigación publicada en febrero de 2024, varias personas de su círculo habrían recibido recursos por parte del narcotráfico después de que el tabasqueño asumiera la Presidencia en 2018.
En su momento, el exmandatario rechazó las acusaciones en su contra desde su tribuna preferida: las mañaneras.
Cuando salieron a la luz las investigaciones periodísticas, López Obrador desestimó el contenido de los trabajos. Primero, en el caso del New York Times, negó que existan vínculos con el crimen organizado, al mencionar que la información era falsa y que se trataba de un ataque a su gobierno para deslegitimarlo.
Respecto al trabajo de Golden y ProPublica, el entonces presidente arremetió contra la pieza, diciendo que se trataba de una “guerra sucia” en su contra por parte de EUA.
AMLO además de rechazar esas versiones en su momento retó a sus adversarios de la oposición a que de tener pruebas que las presentaran, incluso llegó a mencionar que dichos señalamientos solo demostraban su desesperación.
Y ante el reciente comunicado de la Casa Blanca, el partido guinda salió a ‘contraatacar’ con un escrito en el que manifestaban, al igual que Sheinbaum, que los señalamientos eran “calumnias”.
Aseguraron a diferencia de gobiernos pasados como ocurrió con el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón que se encuentra cumpliendo una sentencia en Estados Unidos de 38 años y 8 meses en prisión, la actual administración no es aliada de ningún grupo delincuencial.