
Foto: Red Social X (toronto star)
LOS LÍDERES DE LA POLÍTICA
Los aranceles impuestos por Estados Unidos a Canadá ha provocado una escalada de declaraciones entre Trudeau y Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles a Canadá y México, argumentando que ambos países no han hecho lo suficiente para frenar la migración indocumentada y el tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense.
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La decisión ha provocado tensiones diplomáticas, especialmente con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien ha respondido con medidas comerciales recíprocas.
A través de su red Truth Social, Trump reveló que mantuvo una conversación telefónica con Trudeau, en la que el primer ministro canadiense intentó disuadirlo de aplicar los aranceles.
Según el mandatario estadounidense, la llamada terminó de manera “algo amistosa”, pero reafirmó su postura de que Canadá no ha hecho lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo y la migración irregular.
“Justin Trudeau, de Canadá, me llamó para preguntarme qué se podía hacer sobre los aranceles. Le dije que muchas personas han muerto por el fentanilo que entra por las fronteras de Canadá y México, y nada me ha convencido de que esto haya parado”, escribió Trump en su publicación.
El presidente estadounidense también señaló que Trudeau no pudo responderle sobre la fecha de las próximas elecciones en Canadá, lo que le hizo sospechar que el primer ministro está tratando de utilizar este conflicto comercial para mantenerse en el poder.
Previo a la llamada, en una conferencia de prensa, Trudeau calificó la decisión de Trump como una estrategia geopolítica para debilitar a Canadá y facilitar una eventual anexión a Estados Unidos.
“La excusa del fentanilo es ficticia”, afirmó el primer ministro, asegurando que su país ha tomado medidas concretas para combatir el tráfico de opioides y reforzar la seguridad fronteriza.
Como respuesta a los aranceles de Washington, el gobierno canadiense anunció la aplicación de medidas recíprocas por un monto inicial de 30,000 millones de dólares en productos estadounidenses, con una segunda ola de sanciones comerciales por 125,000 millones en las próximas semanas.
Además, varias provincias han comenzado a retirar bebidas alcohólicas estadounidenses de sus tiendas, y algunas licitaciones públicas en Ontario podrían excluir a empresas de Estados Unidos.
La guerra comercial entre Estados Unidos y Canadá también ha generado preocupaciones en México, cuyo gobierno ha manifestado su intención de dialogar con Trump para evitar que las medidas arancelarias perjudiquen la economía mexicana.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que tendrá una llamada con el mandatario estadounidense para discutir la situación y evaluar posibles acciones en conjunto con Canadá y otros países.
Trudeau, por su parte, ha advertido sobre las consecuencias económicas de la medida y ha afirmado que su gobierno llevará el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el mecanismo de resolución de disputas del T-MEC.
“No hay ganadores en una guerra comercial”, afirmó el primer ministro, advirtiendo que los aranceles afectarán la inflación, el empleo y la estabilidad de empresas en ambos lados de la frontera.
Ante la reacción de Canadá, Trump ha reiterado su postura y ha amenazado con ampliar las sanciones comerciales si Canadá mantiene su política de represalias.
En su red Truth Social, el mandatario republicano volvió a responsabilizar a Trudeau de las crisis fronterizas y aseguró que su gobierno no dará marcha atrás en la aplicación de aranceles hasta que haya cambios tangibles en la política migratoria y en el combate al fentanilo.
“Trudeau ha causado el problema con sus políticas de fronteras débiles, permitiendo que grandes cantidades de fentanilo e inmigrantes ilegales entren a Estados Unidos. Estas políticas han provocado la muerte de muchas personas”, declaró Trump.
La tensión entre ambas naciones sigue escalando y podría marcar un nuevo capítulo en la relación comercial de Norteamérica, con efectos directos en la economía y en la estabilidad política de la región.