
Foto: Cuartoscuro
Blanca Ochoa, jueza 13 de Distrito en Materia Administrativa en la CDMX, aborda la nueva era en la historia de México donde se avanzó en la paridad de género.
Por Blanca Ochoa
Orgullosa hija de soldado
Corrían los años 80 cuando, en sus primeros honores a la bandera, una niña cantaba a todo pulmón: “¡desde niñas seremos geneeeraaaaalaaaasss y también por su honor viviiiiiiirrrr!”.
Y ¿cómo no entonar “Toque de Bandera” con semejante convicción? si vivía en la Unidad Habitacional del Heroico Colegio Militar, en Tlalpan, donde la Patria es primero, donde todos los niños sueñan con ser Generales al crecer y los uniformes se admiran cual trajes de superhéroe.
Lo que esa pequeña no sabía era que, en aquel entonces, la idea de una mujer con el grado de General resultaba inimaginable, tanto como pensar en una doctora dirigiendo un hospital, una abogada como Consejera Jurídica, una ingeniera al mando de una empresa o, incluso, una mujer Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos.
Pasaron cuatro décadas —¡sí, cuarenta años!— y pareciera que esa niña que cantaba a todo pulmón junto con sus compañeritas estaba decretando una nueva era en la historia de México, en la que, gracias a la perseverancia, el arrojo, el esfuerzo y la valentía de muchas mujeres, llegaron los tiempos de las “Generalas”, se rompieron techos de cristal y la paridad de género avanzó a pasos firmes.
Este 8 de marzo es el momento de que todas entonemos fuerte y sin miedo aquella estrofa (inventada, pero llena de convicción) para honrar a quienes nos abrieron el camino en la lucha por ser visibles y nos impulsaron a soltar ataduras. A fin de cuentas, solo hace falta creer que es posible.
Los ojos de esa niña han sido testigos de lo inimaginable, como ver a la primera mujer en la historia de México portar la banda presidencial. ¡Qué orgullo comprobar que los sueños se cumplen!
Blanca Ochoa
Jueza 13 de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México.