
Foto: Presidencia / White House
La presidenta de México ha logrado el aplazamiento de tarifas y la exención de nuestro país dentro de los llamados aranceles recíprocos.
El Gobierno de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, volvió a ‘salvarse’ de los impactos mayores de la guerra comercial emprendida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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La administración trumpista no aplicó tarifas recíprocas a México, a pesar de las amenazas de que ningún país quedaría exento de este ’castigo’ comercial.
Sin embargo, México sí está dentro de la ecuación de los aranceles del 25% a los automóviles fabricados fuera de EUA y también en los gravámenes al acero y al aluminio; todos estos impuestos ya entraron en vigor.
Aunque estos aranceles no los pudo evitar el gobierno mexicano, sí logró librar aquellos que se anunciaron el día de ayer. Expertas y expertos en la materia económica como Gabriela Siller y Gerardo Esquivel indicaron que se trata de una “buena noticia” y un "trato benigno” para México, pero también hubieron personajes que vieron este hecho como una victoria de Sheinbaum, quien ha negociado en tres ocasiones el freno a los gravámenes y la garantía de continuidad del T-MEC.
Tan solo unos días después del comienzo de la Presidencia de Trump, la turbulencia al interior del Gobierno de México inició: se buscaron acuerdos con la inflexible administración del republicano para frenar sus amagos comerciales.
El 1 de febrero, el magnate firmó una orden ejecutiva para imponer aranceles del 25% a las exportaciones de México y Canadá bajo el argumento de que ambas naciones no habían hecho lo suficiente para contener el flujo de migrantes indocumentados y para combatir el tráfico de fentanilo.
No obstante, el 3 de febrero, Sheinbaum sostuvo una conversación telefónica con Trump para negociar el aplazamiento de los nuevos aranceles, que se acordó mediante cuatro acciones:
“Trae uno a la patria en el corazón y la bandera que finalmente está en la oficina donde hice la llamada, porque hay mucho momento de definición en la historia”, relató Sheinbaum sobre la conversación.
Un mes después de este acuerdo, la exjefa de Gobierno volvió a mover piezas para frenar, nuevamente, la aplicación de gravámenes.
La presidenta narró que presentó ante Trump los resultados de las distintas acciones en seguridad, esfuerzos que él reconoció.
“Le seguí informando sobre muchas cosas que hemos hecho en México en relación a la seguridad (...) finalmente nos hizo la propuesta de enviar todo al 2 de abril, en una revisión distinta que es la revisión ya de tarifas recíprocas”, expuso en su mañanera del pasado 6 de marzo.
Trump destacó en su perfil Truth Social los trabajos del gobierno de Sheinbaum: “acordamos que México no tendrá que pagar aranceles sobre nada que esté incluido en el acuerdo T-MEC (...) Nuestra relación ha sido muy buena y estamos trabajando duro, juntos, en la frontera”.
Finalmente, ante el esperado anuncio de este miércoles 2 de abril sobre los aranceles recíprocos que Estados Unidos impondrá a varios países y socios comerciales, México evitó otra vez ser víctima de los amagos arancelarios del magnate, quien ha adoptado una postura proteccionista inédita.
Ahora, Claudia Sheinbaum subrayó que no hubo mayor repercusión para México por el diálogo y la colaboración estrecha que ha mantenido con Trump, generando así un “trato preferencial” hacia nuestro país y continuar con el tratado comercial con EUA y Canadá.
“Hemos logrado una relación de respeto, yo creo que hoy es muy importante decir que México es respetado por Estados Unidos y el mundo entero. Esta relación de respeto que hemos logrado construir con el presidente Trump, que tiene que ver con un diálogo franco, de colaboración y coordinación y de respeto, ha permitido que tengamos hoy una condición preferencial frente a otros países”, expresó.
Pese a esto, aún existe cierta incertidumbre sobre el impacto que podrían tener las nuevas tarifas al sector automotriz, por lo que se harán negociaciones en los próximos 40 días para llegar a acuerdos sobre estos aranceles, según indicó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.