
Foto: Arturo Zaldivar/X
Al contrario de las reformas electorales previas, que provinieron de exigencias de la oposición, esta viene del gobierno y busca fortalecer al partido en el poder.
La reunión de este martes, 26 de agosto, en la Secretaría de Gobernación daba una clara pauta del rumbo que tomará la reforma electoral de la Cuarta Transformación. Por un lado, participaron los miembros de la Comisión Presidencial para la reforma electoral, del otro algunos de los consejeros del Instituto Nacional Electoral. La idea era ponerse de acuerdo en los temas de una reforma que puede poner fin a la democracia en nuestro país.
Al contrario de las reformas electorales previas, que provinieron de exigencias de la oposición, esta viene del gobierno y busca fortalecer al partido en el poder. Los miembros de la Comisión Presidencial son todos funcionarios gubernamentales y solo ellos tendrán voz y voto en la preparación de la reforma. Los consejeros del INE, encabezados por la presidenta Guadalupe Taddei, también cercana al gobierno y a Morena, han pedido que se escuche su punto de vista, aun cuando no tengan voto para definir las nuevas normas. La reunión en Gobernación fue una señal de que los líderes políticos del país sí escucharán a los consejeros electoral, quienes son finalmente quienes realmente conocen los problemas de organizar unos comicios. En eso, la reunión ofrece una señal positiva.
No hay duda, sin embargo, de que las decisiones importantes serán tomadas por el gobierno. Además de Pablo Gómez, el titular de la comisión, perenne legislador de Morena y sus partidos predecesores, asistieron al encuentro la secretaria de gobernación Rosa Icela Rodríguez, el titular de la Agencia de Transformación Digital, Pepe Merino, muy cercano a la presidenta Sheinbaum; Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia; Lázaro Cárdenas Batel, jefe de la Oficina de la Presidencia; Jesús Ramírez, coordinador de asesores de la Presidencia; y Arturo Zaldívar, coordinador de política y gobierno de la Presidencia. Todos ellos son morenistas. A la presidenta del INE la acompañaron la mayoría de los consejeros electorales, aunque tres de ellos, Carla Humphrey, Dania Ravel y Jaime Rivera, no asistieron, sin que se haya explicado por qué.
Pablo Gómez declaró que “Hemos escuchado los puntos de vista de la mayor parte de los consejeros y ellos han escuchado algunas recomendaciones, indicaciones de parte nuestra”. Acordaron hacer un “listado de temas de carácter técnico” y entregarlos a grupos de trabajo.
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Los gobiernos de López Obrador y Claudia Sheinbaum han hecho ya una serie de reformas muy cuestionadas que pudieron concretar gracias a una mayoría calificada en el Congreso que se obtuvo en violación a las reglas constitucionales que impedían una sobrerrepresentación de más de ocho puntos porcentuales. La más criticada ha sido la reforma judicial, que ha eliminado la independencia del poder judicial. La reforma electoral, sin embargo, puede ser el clavo final en el ataúd de la democracia.
Las reformas electorales de fines del siglo XX permitieron por primera vez la alternancia de partidos en el poder, que es la prueba de fuego de cualquier democracia. La nueva reforma buscará crear un nuevo régimen de partido único, como el del PRI del siglo XX.
En varias ocasiones López Obrador declaró que “el triunfo de la reacción es moralmente imposible”. La frase retomaba una idea de Benito Juárez, pero reflejaba un ánimo autoritario. Después de todo, para López Obrador la reacción era cualquier partido político o persona que se opusiera a sus deseos. La responsabilidad de los nuevos constituyentes que cambiarán la legislación electoral será crear un sistema que vuelva este triunfo de la oposición no moralmente sino literalmente imposible.