
Foto: Cuartoscuro.
De acuerdo con el columnista Raymundo Riva Palacio, la petición de su renuncia se la habría hecho Rosa Icela Rodríguez por órdenes desde Palenque.

La abrupta salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República y la reaparición del expresidente Andrés Manuel López Obrador el fin de semana, ha encendido las alarmas sobre que la mano detrás de este movimiento reside en Palenque, Chiapas.
De acuerdo con el periodista Raymundo Riva Palacio, la salida de Gertz Manero del ministerio público federal habría sido por la urgencia de contener los riesgos políticos y legales que representaba la investigación contra el empresario Raúl Rocha, dueño de Miss Universo y contratista de Pemex, con una red de negocios que incluiría sociedades con “Andy” López Beltrán, hijo del expresidente.

Aunque en la superficie la caída del fiscal parecía atribuible a tensiones entre la presidenta Claudia Sheinbaum, su equipo de seguridad y senadores de Morena, como Adán Augusto López, los indicios señalarían otra cosa, según el periodista.
El golpe final contra Gertz Manero, que lo terminó mandando al extranjero a miles de kilómetros de los asuntos oficiales, no no habría venido de Palacio Nacional sino de Palenque, donde López Obrador mantiene influencia directa sobre figuras clave del morenismo.
El caso Rocha Cantú, acusado de delitos de narcotráfico, tráfico de armas y huachicol, habría sido el punto de quiebre; tras descubrirse que recibiría un criterio de oportunidad de la FGR, a través del que se detallaría su presunta relación societaria con López Beltrán y con el entonces director de Pemex, Octavio Romero Oropeza.

Para Sheinbaum, el problema no era que Rocha fuera investigado, sino que se hubiera vuelto testigo cooperante sin consulta previa, pese a ser todavía contratista de Pemex; pero eso no era lo más relevante, sino que el caso habría escalado hacia Estados Unidos.
Según el columnista, el vínculo comercial entre Rocha y López Beltrán ya era conocido por autoridades estadounidense, debido a que sus negocios operarían supuestamente dentro del sistema financiero de EUA.
Washington podría procesar penalmente a socios si se comprueba actividad delictiva, y la filtración exponía a la opinión pública un circuito de negocios que el nuevo gobierno buscaba mantener fuera de los reflectores.
El texto muestra que la filtración fue detonada por funcionarios alineados a Omar García Harfuch, a quien López Obrador considera adversario histórico. Ese dato es clave.
De acuerdo con la columna, la presidenta Sheinbaum le habría reclamado a Gertz la filtración del criterio de oportunidad que le había ofrecido a Raúl Rocha y que esta decisión no hubiera sido consultada con ella o con el secretario de Seguridad.

La filtración golpeaba simultáneamente a Gertz y a Harfuch. Pero la reacción de Harfuch aceleró el derrumbe del fiscal, lo que generó un efecto político inesperado: actores enfrentados terminaron colaborando involuntariamente en la caída de Gertz.
Aunque Sheinbaum habría estado inconforme con la filtración, ella no pidió la renuncia del fiscal, sino que, según las fuentes, quien pidió la salida de Gertz Manero supuestamente fue la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, presuntamente a nombre de López Obrador.
Pero cuando Gertz se negó, se habría activado un segundo movimiento: Adán Augusto López, que acudió a Palacio Nacional a presentar el plan para removerlo.
La renuncia no fue voluntaria. La visita del senador fue pública precisamente para enviar un mensaje interno, y es que el caso Rocha estaba abriendo una puerta peligrosa, y la posibilidad de que Rocha entregara información comprometedora.