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La presidenta Claudia Sheinbaum reveló en una entrevista con N+ que pidió al presidente Joe Biden de Estados Unidos en Río de Janeiro, durante la cumbre del G20, información sobre la detención de Ismael “El Mayo” Zambada. “Le planteé este tema que ha sido difícil en la relación–dijo—pidiéndole toda la información posible para poder también evaluar nosotros. Solamente yo le dije que sería muy importante que México tuviera toda la información”.
El Mayo fue detenido en El Paso, Texas, el 25 de julio tras llegar en una avioneta en compañía de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Muchas han sido las conjeturas sobre cómo llegaron estos dos criminales a ese aeropuerto estadounidense. El gobierno de la Unión Americana ha negado haber participado en un acuerdo para trasladar a “El Mayo” o en un secuestro en territorio mexicano. El propio Mayo declaró que fue llevado por la fuerza después de llegar a un lugar en el que presuntamente se reuniría con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y Héctor Cuén, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Según El Mayo, Cuén fue asesinado en ese mismo sitio, pero la Fiscalía de Justicia de Sinaloa afirmó que el exrector había perdido la vida en un asalto en una gasolinera cercana y mostró un video para comprobarlo. La Fiscalía General de la República desmintió más tarde a sus colegas de Sinaloa y afirmó que el video era parte de un montaje; presentó pruebas que señalaban que el asesinato sí se había registrado en el lugar en el que “El Mayo” había sido presuntamente secuestrado. El gobernador Rocha dijo que él no se encontraba ahí, que había viajado a Estados Unidos, sin notificar oficialmente a nadie, en el avión de un empresario privado.
Se han tejido muchas historias, y mentiras, en torno al traslado de “El Mayo”. Si el gobierno de Estados Unidos no sabía nada, no se entiende por qué permitió que la aeronave ingresara al espacio aéreo del país y por qué había varias camionetas de policía, incluso del FBI, esperando el aterrizaje. Por otra parte, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador exoneró al gobernador sin esperar una investigación. “Nosotros le tenemos toda la confianza al maestro Rocha –declaró--, toda la confianza al gobernador Rubén Rocha, y lo felicito porque da la cara”. La verdad es que el gobernador no tenía más opción que dar la cara para explicar su relación con los hechos después de que El Mayo declaró que iba a encontrarse con él.
Días después de la detención de “El Mayo”, empezó una fuerte oleada de violencia en distintos puntos de Sinaloa. El gobierno mexicano explicó que esto era consecuencia de la aprehensión del narcotraficante y exigió a Washington, con más vehemencia, información sobre los hechos.
Es muy claro por qué las autoridades de Estados Unidos han negado cualquier información o colaboración. El gobierno estadounidense no le tiene confianza al mexicano. Esto ha sido siempre cierto, pero la desconfianza aumentó en el régimen de López Obrador, quien parece haber tenido cercanía con el cartel de Sinaloa o por lo menos un deseo de no combatirlo. Los jefes de la DEA y del Departamento de Justicia saben que López Obrador ordenó la liberación de Ovidio Guzmán después de que este fue detenido por el Ejército en Culiacán el 19 de octubre de 2019.
Recuerdan cómo saludó de mano en marzo de 2020, al inicio de la pandemia, a la madre del "Chapo", Consuelo Loera, y le dijo: “Te saludo, no te bajes [de la camioneta]. Ya recibí tu carta”. Tampoco olvidan que AMLO abogó por el Chapo ante las autoridades estadounidenses y pidió que se le tratara con respeto.
El embajador Ken Salazar de Estados Unidos cuestionó este 13 de noviembre la estrategia de “abrazos y no balazos” de López Obrador y dijo que este “cerró las puertas a la colaboración bilateral” en la lucha contra el narcotráfico después de las detenciones de Ovidio Guzmán y “El Mayo”. La presidenta Sheinbaum pidió a la cancillería que presentara una carta de “extrañamiento”, pero el Departamento de Estado respaldó al embajador.
No hay ninguna indicación de que Biden vaya a suavizar su política frente a los narcotraficantes mexicanos a dos meses de terminar su mandato. La presidenta Sheinbaum, sin embargo, quiso insistir en Río de Janeiro que el gobierno de Estados Unidos le debe dar la información que no ha querido proporcionar.
Yo opino que la presidenta debe tener cuidado. Si Biden ha sido diplomático ante la suavidad de México frente al narco, lo más probable es que Donald Trump endurezca esta posición. Es difícil que Trump se deje intimidar por una presidenta mexicana que protesta por la detención un poderoso narcotraficante y asesino, sin importar el método por el que haya sido aprehendido. Trump comparte con López Obrador la idea de que los jueces no le deben salir “con el cuento de que la ley es la ley”.