
Foto: Cuartoscuro
El crimen cimbró al gobierno capitalino por la cercanía de Ximena y José a la jefa de Gobierno
Momentos difíciles vive la Ciudad de México, luego del asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, trabajadores cercanos a la jefa de Gobierno, Clara Brugada, durante la mañana del martes.
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Por los hechos, la Fiscalía de la CDMX y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) dieron a conocer los primeros avances de la investigación en donde señalaron que el ataque fue directo y mostraba una planeación compleja.
Sin embargo, debido a la forma en que se dieron los hechos, algunos periodistas y columnistas como Enrique Galván Ochoa han señalado como hipótesis a que el sicario actuó bajo las órdenes de algún grupo criminal afectado por las autoridades capitalinas ante las detenciones de algunas figuras criminales.
Y aunque las autoridades no han determinado de manera oficial la participación de algún grupo criminal, varios actores del mundo político se han aventurado a sacar algunas conclusiones y teorías sobre los hechos.
Las sospechas se dieron dentro del mismo partido de Morena, pues el vicecoordinador de los diputados de Morena, Alfonso Ramírez Cuellar no descartartó que el atentado se trate de un mensaje al gobierno capitalino.
“Si es advertencia o es un mensaje, es un homicidio inaceptable. (...) Lo que tienen que entender (los grupos criminales) es que nunca vamos a aceptar ningún pacto, ninguna tregua. Vamos a combatir a todos los criminales”, señaló a medios de comunicación.
Por otro lado, aseguró que se ha logrado una disminución en los delitos de la capital porque se ha combatido a los criminales: “No vemos absolutamente ninguna excepción. No aceptamos ningún pacto. Vamos a ir a fondo”, señaló.
Otro morenista que se posicionó sobre el asunto fue el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, Gerardo Fernández Noroña.
Pues desde una rueda de prensa en el estado de Tabasco, aunque no mencionó o responsabilizó directamente a grupos criminales, dijo que el asunto tenía toda la pinta de ser una ejecución: “Fue una ejecución en toda regla, el sicario ya los esperaba”.
Responsabilizó de la violencia contra los morenistas a la derecha: “hay una violencia creciente hacia los compañeros del movimiento, y los compañeros de la derecha están siendo muy irresponsables, han promovido un aire muy pesado”.
Por parte de la oposición, estuvo el senador del PAN, Ricardo Anaya, quien en entrevista desde el Senado pidió que dentro de las investigaciones se considere la posibilidad de que sea un mensaje del crimen organizado para el gobierno de la CDMX.
“No estamos especulando, pero sí exigimos que una de las líneas de investigación contemple que esto fue un mensaje de la delincuencia organizada”, declaró Anaya Cortés.
Ya que consideró que la forma en la que ocurrió, el profesionalismo del sicario y la precisión del atentado “no pueden pasarse por alto”.
De igual modo rectificó sus declaraciones anteriores en las que había dicho que se trataba de un crimen de estado, pues dijo que en realidad era un crimen en contra del estado mexicano.
“No fue ninguna casualidad”, señaló la senadora del albiazul, Lilly Téllez sobre el crimen desde la Tribuna del Senado, el cual calificó de “terrorismo político”.
Dijo que los asesinatos de la secretaria particular y el asesor de Brugada fue el resultado de “un modelo mafiocrático” y sus interacciones con los criminales que desembocan en ajustes de cuentas.
Señaló que dicho modelo se ha enraizado en la capital por los gobiernos de izquierda y que estos asesinatos son producto de los supuestos pactos de Morena con el narcotráfico, lo que revelaba la inseguridad en el país.
“Esto fue un acto de terrorismo político de alta precisión, fue un acto terrorista perfectamente cronometrado que se dio mientras el gabinete de seguridad y la presidente hablaban en su show mañanero, una exhibición intencional de las mentiras de Sheinbaum”, declaró.
Pese a las especulaciones, el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez indicó que por el momento no se cuenta con indicios que permitan concluir que sea una respuesta del crimen organizado ante recientes detenciones.
“No contamos con ningún elemento que nos pudiera permitir concluir o favorecer una hipótesis sobre otra, en este caso sobre si esto pudiera ser respuesta a detenciones previas”, señaló.
De igual modo aunque no hicieron públicas las líneas de investigación que seguirán, Vázquez Camacho indicó que no se descartará ninguna posibilidad, pues considerarán el ámbito personal y laboral de los funcionarios asesinados. Por el momento, las acciones están centradas en la ubicación y detención.