
Foto: X de Cizcalli.com
El agresor falleció en el centro religioso ‘Leonardo Murialdo’, ubicado en la avenida 606 en San Juan de Aragón.
Este 1 de julio, un sujeto armado entró a un centro comunitario y mantuvo como rehenes a dos hombres. Los hechos ocurrieron en la colonia San Juan de Aragón, en la Ciudad de México.
No solo te informamos, te explicamos la política.Da clic aquí y recibe gratis nuestro boletín diario.
De acuerdo con lo que se ha dado a conocer hasta ahora, un excolaborador del centro “Leonardo Murialdo” ingresó al lugar para increpar a dos trabajadores.
Según las autoridades capitalinas, el agresor trabajó en el gimnasio ubicado al interior del centro comunitario como instructor de crossfit, tiempo después fue despedido y otra persona ocupó su lugar. Sin embargo, la molestia del agresor se debió a que supuestamente él mismo acondicionó el lugar de donde lo corrieron.
“El sujeto acudió a reclamar debido a que hace tres años lo corrieron de un gimnasio que él mismo acondicionó y, durante la discusión, sacó de entre sus ropas un arma de fuego y lo amagó”, informó la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX (SSC).
El excolaborador amedrentó al nuevo instructor y amagó con un arma a los presentes al reclamar que era injusto que “el nuevo” tomara su lugar.
En una fotografía compartida por el periodista Carlos Jiménez se observa al agresor, quien vestía en tonalidades oscuras, ya en el suelo sin vida y con el arma a un costado de su cuerpo.
Luego de que elementos especiales de la Unidad Metropolitana de Operaciones Especiales (UMOE) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX desplegaron una fuerte movilización para atender el caso, la negociación en busca de una solución falló.
De acuerdo con los reportes, se registraron detonaciones de arma de fuego, instantes después ingresaron paramédicos, para posteriormente salir con una persona herida en camilla que fue trasladada en ambulancia.
Se presume que fue un agente de investigación ministerial que en el intento de negociar, terminó herido por disparos del agresor.
En respuesta protocolaria, los agentes especiales habrían abatido al sujeto armado quien perdería la vida en el acto.