
Foto: Cuartoscuro
Andrés Manuel López Beltrán y otros morenistas han sido captados en viajes de lujo, contradiciendo el discurso de la Cuarta Transformación.
El discurso de austeridad ha sido, desde sus inicios, una de las banderas más fuertes de Morena y la Cuarta Transformación.
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Andrés Manuel López Obrador lo repitió hasta el cansancio durante su gobierno, y su familia lo respaldó en público… al menos, en su momento.
Sin embargo, las imágenes más recientes que muestran a su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, en hoteles y restaurantes de lujo en Tokio, Japón, así como a otras figuras de Morena en destinos exclusivos de Europa, han provocado una ola de críticas por la incongruencia entre lo que dicen y lo que hacen.
En el documental Esto soy, producido por Epigmenio Ibarra en 2017 y publicado en el canal de YouTube del propio López Obrador, la familia del entonces candidato presidencial abrió las puertas de su casa para mostrar su lado más íntimo.
Durante un desayuno familiar, el propio López Beltrán afirmaba:
“No somos estos juniors abusivos del poder. Nosotros no vamos a ser parte del gobierno, no creemos en el nepotismo. Creemos que es una lacra más de este sistema”, declaró.
Sus palabras contrastan hoy con su rol como secretario de Organización de Morena, así como con sus lujosas vacaciones, su cercanía con figuras señaladas por presunto tráfico de influencias y su protagonismo político en la 4T.
Andy López Beltrán fue captado en el exclusivo hotel The Okura en Tokio, donde una noche puede costar más de 50 mil pesos.
También se le vio en el lujoso barrio de Aoyama, acompañado de una persona que portaba bolsas de Prada.
El viaje coincidió con su ausencia en el Consejo Nacional de Morena, lo que incrementó el malestar dentro del partido.
La presidenta Claudia Sheinbaum, sin mencionarlo directamente, lanzó una crítica desde Palacio Nacional:
“El poder se ejerce con humildad (...) Todos tenemos que comportarnos adecuadamente”.
El mensaje fue interpretado como un “regaño” a Andy, quien tampoco asistió al arranque de comités de Morena en Coahuila, dejando claro que su prioridad, en ese momento, no estaba en el movimiento político que dice representar.
Andy no fue el único en el ojo público. El diputado Enrique Vázquez fue captado en “Lío Ibiza”, uno de los antros más caros de Europa; Mario Delgado, secretario de Educación Pública, fue fotografiado en un restaurante del lujoso hotel Pousada de Lisboa; y Ricardo Monreal celebró su aniversario en un hotel exclusivo de Madrid.
Incluso Sergio Mayer, diputado morenista, compartió en redes sus quejas por problemas con su tarjeta American Express… mientras vacacionaba en Europa.
Todos ellos forman parte de un movimiento que presume la austeridad como principio rector, pero que en la práctica parece haberlo relegado.
La presidenta ha intentado mantener la narrativa de congruencia dentro de Morena. Ha señalado la necesidad de actuar con humildad y responsabilidad política, pero se enfrenta a una estructura interna donde algunos actores actúan con una lógica de poder personal y privilegio.
Las tensiones con López Beltrán no son nuevas. Columnistas y analistas han documentado cómo ‘Andy’ presume su cercanía con su padre y actúa como si fuera el verdadero heredero del movimiento, incluso por encima de la figura presidencial de Sheinbaum.
Las críticas hacia López Beltrán no se limitan a sus vacaciones. Diversas investigaciones periodísticas lo han vinculado con presuntos actos de corrupción:
El contraste entre lo que se dijo en Esto soy y lo que se ha hecho desde la dirigencia de Morena, evidencia una transformación que no parece tan ética ni tan austera como se prometía.
Aquellas palabras de López Obrador sobre “alejarse de lo material”, pronunciadas frente a su familia, hoy se enfrentan a una realidad en la que su hijo desayuna en hoteles de lujo, viaja a Tokio durante actividades clave del partido, y es señalado por beneficiar a sus amigos con contratos públicos.