
Foto: Cuartoscuro
Una investigación de Político MX con datos de la organización Data Cívica halló el número de alcaldesas y alcaldes que fueron víctimas de la violencia en el país desde que Morena llegó al poder.

A más de una semana del homicidio de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, el caso sigue causando conmoción e indignación en la población, ante la álgida situación de violencia que atraviesa el país.
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Ante ello, en los últimos días, distintas movilizaciones se han registrado a lo largo de la República para exigir a las autoridades mayores condiciones de seguridad y justicia en el país.

El asesinato de Manzo reflejó la inseguridad y el panorama adverso que enfrentan las y los presidentes municipales en los estados, con el crimen organizado cada vez más insertándose en las dinámicas sociales y políticas, controlando territorios y cooptando a autoridades locales.
El incremento de la presencia de los cárteles en entidades de la República y las pugnas que hay entre células criminales han dejado una cifra roja de asesinatos y desapariciones.
Precisamente, dentro de esta espiral de violencia, están alcaldesas y alcaldes que han sido víctimas de asesinatos.
En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y en lo que va del gobierno de Claudia Sheinbaum –en los tiempos de la llamada Cuarta Transformación–, se han registrado 33 asesinatos de ediles que estaban en funciones, encontró una investigación de Político MX con datos de la organización Data Cívica.
En el periodo de López Obrador, se registraron al menos 23 casos, mientras que en la gestión de Sheinbaum van 10 asesinatos reportados.

Las alcaldesas y alcaldes ultimados en el gobierno obradorista fueron:
Mientras que en lo que va de la administración de Sheinbaum Pardo, se han reportado los siguientes casos:

De todos los asesinatos registrados, Michoacán y Oaxaca concentran casi la mitad de los casos (16 de los 33), con cada entidad federativa alcanzando 8 asesinatos.
Ambos estados son gobernados por Morena, de la mano de personajes como Alfredo Ramírez Bedolla (gobernador de Michoacán) y Salomón Jara (gobernador de Oaxaca).
Bedolla ha estado en el ojo del huracán por el caso de Manzo, recibiendo reclamos de la ciudadanía y señalamientos de supuestamente haber sido cómplice del homicidio del alcalde independiente, quien pidió mayor seguridad en Uruapan después de la captura de René Belmonte, conocido como ‘El Rino’, presunto jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) capturado el pasado mes de agosto.

La organización de Defensorxs acusó al mandatario estatal de tener supuestos vínculos con Cárteles Unidos, apuntando a que habrían familiares del morenista sentenciados en Estados Unidos por traficar metanfetaminas y operar presuntamente para dicha asociación criminal.
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A raíz del asesinato de Manzo, la oposición denunció al oficialismo de abandonar a los estados en materia de seguridad a partir de la extinción del Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (FORTASEG) que se dio en el gobierno de AMLO.
Uno de los personajes más vocales en ese sentido fue Emilio Álvarez Icaza, exsenador y actual integrante de la organización Somos México, que busca consolidarse como partido político.
En una mesa de debate durante el programa radiofónico de Azucena Uresti para Grupo Fórmula, acusó: “Decidieron eliminar... no hubo solo un fondo, cuatro fondos, que ayudara a la profesionalización de las policías municipales y estatales. Hoy, todo ese conjunto, está desbordando no solo en Uruapan (...) estamos teniendo un problema de violencia no controlada”.
En los últimos dictámenes del Presupuesto de Egresos de la Federación, se destinaron recursos para atender la seguridad pública en estados y municipios a través del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios (FORTAMUN) y del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP).
En el ejercicio fiscal 2019, se destinaron 7 mil 210 millones de pesos al FASP, mientras que se canalizaron 4 mil 213 millones 177 mil 591 pesos al FORTAMUN.
Para el ejercicio correspondiente al 2020, se asignaron al FASP 7 mil 443 millones 986 mil 130 pesos; el FORTAMUN recibió 4 mil 348 millones 526 mil 348 pesos.
En el PEF 2021, las cifras no cambiaron mucho: se hicieron aportaciones de 7 mil 695 millones 616 mil 328 pesos para el FASP y de 4 mil 294 millones 106 mil 940 pesos para el FORTAMUN.
Respecto al Presupuesto del 2022, se dirigieron 7 mil 988 millones 049 mil 749 pesos para el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública y otros 4 mil 777 millones 392 mil 336 pesos para Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios.
Sin embargo, en los últimos 3 ejercicios fiscales (2023, 2024 y 2025), se registró un incremento en las asignaciones del FASP y del FORTAMUN:
Pese a la asignación de estos recursos, el Estado no ha respondido a las demandas de diversos presidentes municipales que han solicitado la presencia de autoridades, pues el crimen sigue asediando a decenas de municipios que –bajo precarias condiciones en algunos casos– enfrentan la violencia día a día.