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La secretaria de agricultura de EUA Brooke Rollins reconoció la colaboración con México para frenar la crisis del gusano barrenador.

El gobierno de Estados Unidos presentó nuevas de condiciones al gobierno mexicano para poder realizar la reapertura de la frontera a la importación del ganado mexicano, luego del cierre en julio tras la detección de gusano barrenador.
La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, afirmó que aún no hay una fecha para considerar reabrir la frontera; sin embargo, reconoció las acciones de la administración de Claudia Sheinbaum al implementar medidas sanitarias ante la contingencia en el sector agrícola.
“Hemos logrado un progreso considerable en los últimos seis meses en la reapertura de los puertos, pero aún no hemos llegado a ese punto”, añadió.
Rollins afirmó que cuenta con una lista de tareas pendientes las cuales presentó ante la Secretaría de Agricultura, comandada por Julio Berdegué, con el fin de garantizar los procedimientos de precaución posibles al ganado estadounidense.

Aunque la funcionaria no hizo pública la lista de tareas solicitadas para resolver, Berdegué dio a conocer algunos puntos de lo que solicita Estados Unidos.
Rollins aseguró que su prioridad es evitar la llegada de la plaga del gusano barrenador a territorio estadounidense, detectado por primera vez en noviembre de 2024 en el Estado de Chiapas, luego de años de control en territorio nacional.
Desde su primera detección en 2024, el gobierno mexicano ha reportado más de 10 mil casos acumulados. Sin embargo, la Secretaría de Agricultura de México aseguró que luego de las medidas de mitigación y contención, tras la revisión de 2.2 millones de cabezas de ganado, la reapertura de la frontera de EUA a las importaciones de ganado mexicano era técnicamente viable; sin embargo, Estados Unidos ha ido retrasando la apertura.
El gusano barrenador es una larva de una mosca (Cochliomyia hominivorax) que infesta heridas y se alimenta de tejido vivo, afectando principalmente al ganado, pero también a humanos, hasta julio de 2024, México había sido declarado libre de esta plaga desde 1991, gracias a una campaña de erradicación que comenzó formalmente en 1981.
Una investigación realizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) precisó que la crisis sanitaria dentro del sector agrícola se da ante la falta de seguimiento en los controles de importación en el sureste mexicano.