
Foto: Gobierno de EUA
El Cártel de los Soles ha sido designado por EUA como una organización terrorista, pero opera en México

Un avión bimotor de fuselaje estrecho y corto y de medio alcance aterrizó de presunta emergencia en aquella tarde de 10 de abril de 2006 en el aeropuerto de Ciudad del Carmen, Campeche.
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La entonces PGR aseguró el DC-9 tras detectar que transportaba 5.6 toneladas de cocaína, uno de los decomisos más grandes de la década. El caso quedó registrado como un cargamento de origen sudamericano.
La bitácora de vuelo revelaría que despegó del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, Venezuela, con destino desconocido. Tras aproximadamente 90 minutos en vuelo regresó a Venezuela para reabastecer combustible. Luego retomó el trayecto y finalmente llegó Campeche.
El aterrizaje se produjo bajo una excusa de “falla hidráulica” que despertó sospechas. Allí, personal militar del Ejército Mexicano ya mantenía vigilancia activa en la pista. En la revisión se descubrió el cargamento.
El copiloto fue detenido, mientras que el piloto logró huir. Se detuvo también a otros dos operadores mexicanos que habían llegado en otra aeronave relacionada. Entre los elementos que llamaron la atención de las autoridades mexicanas: el vuelo sin pasajeros, el origen venezolano, el registro estadounidense del avión, y que el cargamento estaba perfectamente acondicionado para su transporte.
Para el gobierno mexicano, la incautación puso en evidencia que las rutas aéreas desde Venezuela tenían a México como zona de llegada.
Pero sería Estados Unidos quien destaparía la dimensión del hallazgo. En una acusación formal presentada ante una corte federal de Nueva York contra el general venezolano Hugo Armando Carvajal, el Departamento de Justicia describió que, en 2006, el militar coordinó junto con otros miembros del “Cártel de Los Soles” el envío de 5.6 toneladas de cocaína en un DC-9 que salió de Venezuela y aterrizó en México, donde la droga fue asegurada por las autoridades.
Años más tarde, Carvajal fue detenido en España el 9 de septiembre de 2021 y extraditado a Estados Unidos el 19 de julio de 2023. Esa misma acusación sostendría que el “Cártel de Los Soles” era una red criminal integrada por altos mandos militares y funcionarios del régimen venezolano.
La presencia de esa organización criminal en México no aparece en forma de células, jefes o estructuras territoriales, sino en algo más silencioso como la llegada de cargamentos venezolanos al país, el uso de pistas mexicanas como destino intermedio y las alianzas indirectas con cárteles nacionales que reciben o redistribuyen la mercancía. Ese DC-9 asegurado por México, y atribuido años después por EE.UU. a “Los Soles”, es la pieza que revela cómo la ruta venezolana atraviesa el territorio mexicano.
El Cártel de los Soles no opera como los cárteles mexicanos. No tiene células, territorios controlados ni mandos criminales visibles en México.
De acuerdo con los expedientes del Departamento de Justicia de Estados Unidos, se trata de una red surgida dentro de las fuerzas armadas venezolanas, conformada por altos funcionarios y mandos militares que han facilitado la salida de toneladas de cocaína desde Venezuela hacia otros países.
Lo que sí está acreditado es que México forma parte de la ruta operativa. El país recibe cargamentos, funge como punto de transbordo y sirve como enlace entre la red venezolana y los grupos criminales que dominan el mercado mexicano. “Los Soles” se integraron a la cadena logística que termina en Estados Unidos.

El episodio más contundente que documenta la actividad del “Cártel de los Soles” en México es el caso del DC-9 asegurado en Ciudad del Carmen, Campeche. Las autoridades mexicanas —entonces la PGR— documentaron a un avión procedente de Venezuela con 128 maletas repletas de cocaína, 5.6 toneladas decomisadas en la pista.
Años después, cuando el Departamento de Justicia acusó a Hugo “El Pollo” Carvajal, exjefe de inteligencia militar venezolano, se reveló que esa operación fue coordinada por miembros del “Cártel de los Soles”. Según Estados Unidos, Carvajal fue clave en la logística aérea para transportar grandes cantidades de cocaína hacia puntos de llegada en el Caribe, Centroamérica y México.
El aseguramiento en México es un hecho probado; la atribución directa al “Cártel de los Soles” deriva de los documentos estadounidenses. Ambos elementos forman la evidencia más sólida del paso del grupo venezolano por el país.
En los expedientes estadounidenses, la cocaína parte de zonas venezolanas donde las FARC operaban campamentos protegidos por militares.
La salida se da en aeronaves que cruzan el Caribe y Centroamérica hasta llegar a México. Para las autoridades mexicanas, esas rutas son conocidas. El sur del país funciona como punto de ingreso, donde la mercancía pasa a manos de cárteles nacionales.
México, de acuerdo con estas investigaciones, es destino de aterrizaje, zona de recolección por parte de grupos mexicanos y punto de redistribución hacia el norte.
Sin establecer una sola célula, el Cártel de los Soles se integra así en la cadena mexicana del narcotráfico.
Diversas investigaciones y análisis sobre el Cártel de Sinaloa señalan que sus redes han mantenido acuerdos de suministro con organizaciones venezolanas vinculadas al Cártel de los Soles.
Para el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, esta conexión es directa pues en 2025, en su designación del Cártel de los Soles como organización terrorista, señala que el grupo venezolano provee apoyo material al Cártel de Sinaloa.
México, por su parte, ha documentado que varios cargamentos venezolanos han terminado en manos de redes sinaloenses, que son quienes consolidan el tránsito hacia la frontera con Estados Unidos.
El vínculo se expresa en términos operativos: Los Soles a México a través del Cartel de Sinaloa y arribo a la frontera norte.

A diferencia de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) aparece más como actor paralelo que como socio directo. Si bien CJNG tiene presencia en Sudamérica y utiliza rutas por Venezuela para abastecerse de cocaína, ningún informe de inteligencia mexicano o estadounidense describe una alianza con el Cártel de los Soles.
Lo que existe es una convergencia en corredores internacionales con misma cocaína, mismos puertos, mismos puntos de salida, pero no una relación documentada.
El vínculo venezolano más visible dentro de México no es el de los Soles, sino el del Tren de Aragua, organización criminal nacida en la cárcel de Tocorón.
En 2025, Estados Unidos lo designó como organización terrorista junto a cárteles mexicanos. En ese mismo expediente, Washington señaló que el Cártel de los Soles ha brindado apoyo material al Tren de Aragua.
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México sí tiene presencia operativa del Tren de Aragua. En octubre de 2025, autoridades federales y capitalinas detuvieron en la Ciudad de México a Nelson Arturo “N”, identificado como uno de sus operadores.
Ese golpe confirma que la red venezolana tiene un brazo activo en territorio nacional, aunque esa presencia no corresponda directamente a los Soles.