
Foto: Cuartoscuro.
Rumbo a 2027, las encuestas no muestran un buen panorama para el PRI en la conformación de la Cámara de Diputados.

El PRI se desdibuja. Bajo la dirigencia de Alejandro ‘Alito’ Moreno, el tricolor ha perdido terreno en el panorama político. En las elecciones de 2024, obtuvo la menor votación en su historia y rumbo a 2027 las encuestas proyectan una derrota más para el partido.
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A este crudo panorama se suma el clamor de Moreno Cárdenas, quien en un reciente cónclave priista volvió a exigir a la oposición que formen una alianza estratégica entre partidos y la ciudadanía, esto a pesar de que los dos partidos opositores le han cerrado la puerta.

No solo es la pérdida de espacios en el Congreso mexicano y que ahora solo gobierna 2 de 32 estados de la república, sino la caída de su presupuesto anual, que actualmente es casi tres veces menor al que recibe Morena.
Para hablar de este tema, hablemos de cómo el Instituto Nacional Electoral (INE) asigna el dinero a cada partido, en donde el apoyo del electorado mexicano es determinante.
El INE define la bolsa total de dinero público anual mediante una fórmula constitucional: multiplica el número total de personas inscritas en el Padrón Electoral por el 65% del valor diario de la UMA (Unidad de Medida y Actualización). Una vez fijado ese monto total, la distribución entre los partidos no es pareja, sino que sigue una regla mixta: el 30% del dinero se reparte de forma igualitaria entre todos los partidos registrados, mientras que el 70% restante se asigna de forma proporcional según el porcentaje de votos que cada partido obtuvo en la elección de diputados inmediata anterior.
El voto de la ciudadanía es el factor financiero más crítico porque determina quién se lleva la mayor tajada del presupuesto. En la práctica, cada voto válido que se emite a favor de un partido político funciona como un “cheque” que le garantiza más recursos a ese partido para el siguiente año.
Además, el voto es un mecanismo de supervivencia económica: si un partido no logra obtener al menos el 3% de la votación válida, pierde su registro y, con ello, todo derecho a recibir financiamiento público, como ocurrió recientemente con el PRD.
La regla del “70% proporcional a los votos” ha actuado como una guillotina financiera para el PRI. Al caer su votación de diputados federales del 17.73% en 2021, al 11.13% que obtuvo en las elecciones de 2024 para la conformación de la Cámara de Diputados, en donde es evidente que su participación en la bolsa más grande de recursos se redujo drásticamente.

Para el ejercicio de 2025, el PRI recibió un presupuesto de 933 millones 827 mil 562 pesos, esto son 1 mil 500 millones de pesos menos que lo que recibió Morena para este año que está por concluir.
Para el próximo año, se proyecta que el PRI reciba 982 millones 462 mil 839 pesos, un presupuesto más comparable con los 969 millones 301 mil 220 pesos que podría recibir Movimiento Ciudadano (MC).

Sin embargo, para 2028 este cálculo podría ser aún menor. Y es que según diversas encuestas, el PRI podría quedar relegado a la cuarta posición en las elecciones de 2027 para la Cámara de Diputados, que como vimos, determina el presupuesto de los partidos políticos.
En las elecciones 2024, el PRI conformó a su bancada con el 11.13% de los votos; es decir como el tercer partido más votado, por debajo de Morena y el PAN. Actualmente contando con 37 diputados federales de los 500 curules.
No obstante, en una revisión de encuestas rumbo a las intermedias, el PRI se proyecta a ser relegado a la cuarta posición.
Según el ejercicio de Statistical Research Corporation (SRC), del 24 de noviembre, el tricolor registra el 6.8% de la intención de los votos. Mientras que Morena cuenta con una tendencia hacia el 46% de las preferencias.
El PAN con 15.9% y Movimiento Ciudadano, con el 11.5% rumbo a las elecciones para elegir a diputados federales.

A pesar de la negativa pública del PAN y de Movimiento Ciudadano, Alejandro Moreno reiteró su llamado a la oposición para formar una coalición electoral. Aunque afirmó que el PRI está preparado para competir como una fuerza fuerte e independiente, “Alito” insistió en la posibilidad de una alianza político-ciudadana-partidista más amplia si existe voluntad opositora.
Subrayó que el objetivo de una coalición debe ser “ganar y servir a México”, priorizando causas por encima de siglas partidistas y no basándose en “cálculos mezquinos”.
Pero, bajo la dirigencia de Jorge Romero, el PAN ha decidido romper su alianza electoral con el PRI argumentando la necesidad de recuperar su identidad original ante el electorado.
Diluyendo la coalición “Va por México” que inició en 2021, repitiendo la fórmula en 2024, lo que tuvo un costo político para la oposición. Por lo que ahora apuestan por competir en solitario y presentarse como la única alternativa “pura” frente a Morena.
Mientras que MC no solo es un opositor hacia el instituto guinda, también ha manifestado públicamente su rechazo al tricolor. Ha cimentado su rechazo absoluto a cualquier alianza con el PRI bajo la premisa de que el tricolor encarna la “vieja política” y la corrupción sistémica.
“Con el PRI ni a la esquina”, manifestó Jorge Álvarez Máynez ante los llamados de la oposición a declinar a favor de la excandidata presidencial en 2024, Xóchitl Gálvez.
El tricolor atraviesa por una de las etapas más duras de su historia, busca capitalizar el descontento de algunos sectores de la sociedad con Morena, y formar una alianza con la oposición que no dinamite el “voto de castigo”.
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